El poder de la escucha activa

El Liderazgo en las Organizaciones esta cambiando de manera radical en los últimos años nos hemos dado cuenta que liderar desde lo correcto, desde lo profesional no mueve a nadie, y hoy en día la gente necesita ser movida y convencida desde lo emocional. Para ello necesitamos desarrollar y potenciar una escucha activa.

La manera de comunicarnos nos define como personas, y es la acción más repetitiva que hacemos durante el día, el hablar o escuchar no basta para comunicarse, ya que la comunicación abarca muchos más sentidos y emociones, que de alguna manera llegan a receptor y emisor de manera muy distinta. Esto mismo sucede en las organizaciones.

Los problemas en las organizaciones, al igual que con el resto de la vida, pasa en el estómago, en la parte profunda que uno de manera consciente no muestra. Hoy organizaciones de todo el mundo se han puesto manos a la obra, no para cambiar la manera de como lo ven sus clientes, ni como vender sus productos o servicios, sino para cambiar emocionalmente su cultura, sus valores, porque ahí esta el problema. El liderazgo visto como el saber guiar a toda la organización a buen destino ha entendido que las conversaciones con la gente se deben hacer desde otro lugar, para poder así optar por resultados que perduren en el tiempo.

Hoy los grandes líderes se están capacitando para ser auténticos magos de la comunicación, pero no con artes manipuladoras, sino desde el saber que el primer paso a realizar, es ser genuino con uno mismo; de allí la influencia del coaching como herramienta para desarrollar una escucha activa que ayude a descubrir en las personas de la organización la confianza en lo que hacen, y potenciar sus capacidad de creatividad e innovación.

Uno de los principales escollos que hoy tenemos en las organizaciones, es la poca habilidad para desarrollar personas, ya que de manera instintiva los tratamos a todos por igual, interpretando que todos tienen los mismos problemas y motivaciones, sin embargo es importante generar vínculos estrechos con los propios equipos, ya que es la única manera de conocer la motivación de cada uno y cual es el desafío de cada individuo.

Para ello, el líder aparece como guía y en su tarea de sacar lo mejor de cada uno, debería vincularse con su equipo, dando siempre el primer paso, y a continuación reconocer el poder de la escucha, como una habilidad que mejorará sin duda nuestra relación, interpretaciones y juicio de nuestra gente, ya que nos daremos la oportunidad de conocerlos por lo que son ,y no tanto por lo que aparentan ser, o por lo que nosotros creemos que son.

Se sabe que las personas cuando hablan explican el 30% de la verdad, nos han acostumbrado así, ha mostrar únicamente la patita, sin mostrarse demasiado, así que la persona que esta en posición de escucha será la que tenga que lograr esa apertura, que pocas veces se da de manera natural. Anotemos algunos tips que ayudaran la próxima vez que se pueda sentar con algún empleado, amigo e incluso con su pareja y le dará la oportunidad de entender mejor y saber mucho más de la persona que tiene enfrente.

El Silencio

Hace tanto tiempo que como líderes tenemos el turno de la palabra, que se nos ha complicado poder cambiar de rol y convertirnos en el que escucha, si ese es el problema y somos de los típicos que preguntan a su gente y todo el mundo se queda callado, deberíamos saber que en el silencio la gente está realmente incómoda.

Los lideres que ceden la palabra a sus equipos y guían desde la escucha, saben gestionar el silencio, provocándolo y dejando eterno, hasta que un colaborador empiece a hablar y rompa así con la distancia.

Estar Presente

Lo primero que hay que saber es que nuestro cuerpo habla de manera muy clara y hay que mostrarse con apertura, así que nunca nos cruzaremos de brazos, la postura relajada y abierta ayuda a la persona que nos habla a sentir una presencia atenta delante suyo.

Escucha activa en organizaciones
Escucha activa en organizaciones

El primer paso para sentirse con “la libertad de empezar a abrirse” es que jamás nos pondremos de manera frontal, ya que todo el mundo necesita tener la linea pasado y futuro libre, parte trasera y delantera de la persona, sino no podrá proyectar sus ideas, así que hay que sentarse de manera ladeada, dejando la linea perpendicular libre.

La mirada es muy importante y hay que mirar a nuestro interlocutor, asentir, recalcar para que entienda que estamos realmente interesados, lo único que habría que cuidar es no penetrar demasiado con la mirada para que la persona no se sienta incómoda.

El Efecto Espejo

Una vez visto nuestra posición del cuerpo, buscaremos una técnica que ayuda muchísimo a la apertura de manera inconsciente, es el llamado efecto espejo, donde nosotros de manera muy sutil imitamos los movimientos de la persona que estamos escuchando, por supuesto, no todos los que haga, solamente postura, manos, etc.

La idea es que la persona no solamente vea que estamos escuchando, sino que se vea reflejado/a en nosotros, esto le dará un grado de confianza importante, seguro que muchos hemos vivido ese momento químico, que muy pocas veces ocurre con alguien, que hace que las cosas fluyan sin saber bien porque, bien, al imitar esos movimientos y crear el efecto espejo suele pasar algo muy parecido y la conversación empieza a fluir de manera muy natural.

Preguntas Poderosas

Ahora vendrá la guía, decíamos que el que controla la conversación es el que escucha, así que hay que guiar esa conversación a través de las preguntas, nunca perdiendo el rol de escucha. Pongamos un ejemplo para que se entienda: si una persona me comenta que se acaba de comprar un coche, la pregunta no será, por ejemplo ¿De qué marca es?, o ¿De qué color?, ya que esa pregunta me mantiene en un lugar poco interesante para obtener información complementaria, así que la pregunta será algo por el estilo, y ¿Qué sentiste al comprar el coche?, o ¿Te sientes orgulloso?, la pregunta te conduce directamente al estomago, donde tenemos nuestras emociones y la respuesta va a ser con otro color, un matiz más profundo.

Y lo que hay que hacer luego, es reconocer, valorar, fortalecer esa apertura, decir ¡Qué bueno!, ¡Cuánto me alegro! Desde este punto la conversación cambia el matiz, la profundidad y al fin se obtienen reflexiones mucho más cerca de la verdad, es aquí donde las soluciones prevalecen a los problemas y donde podemos realizar un plan de acción que realmente nos ayude a mejorar en aquellas situaciones donde estábamos parados.

Conclusiones

Este ejercicio tan sencillo, nos dará una posibilidad real de conocer a nuestro interlocutor, desde otro punto de vista, y lo que es más importante, nos mostraremos delante de él como una persona interesada de manera genuina, nos dará la posibilidad de acercarnos y generar un vínculo. Este tipo de ejercicios cobran sentido y poder, al repetirlos de vez en cuando, no sólo porque nuestra habilidad para escuchar irá mejorando a medida que vamos practicando, sino porque cada conversación nos dará una apertura más clara.

Muchas veces el problema no es que la persona no quiera abrirse o decirnos cual es la raíz del problema, sino que él/la mismo no sabe cuál es el problema, solamente siente los síntomas, este tipo de conversaciones aclaran mucho y se pueden visualizar mejor las soluciones, ya que es una buena manera de ordenar los pensamientos, caóticos muchas veces.

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