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Educación: Preparación profesional para el futuro

Más que un concepto teórico, la llamada Cuarta Revolución Industrial -que según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) consiste en que los límites entre los ámbitos físico, digital y biológico se diluyen gradualmente-, ya es casi una realidad. La velocidad a la que nos desenvolvemos hoy día es característica de esta nueva era, donde los pasos agigantados que da la innovación están teniendo un impacto directo en áreas como la educación.

La situación es clara: apostar por la generación de profesionales capaces de cumplir con las exigencias de una nueva etapa. Pero, ¿los centros educativos estás haciendo caso al requerimiento? Las cifras son claras y concisas, 65% de los estudiantes de primaria se desarrollarán en puestos de trabajo que todavía no existen.

No hay duda de que la tecnología y la informática son las áreas de mayor importancia en el ámbito laboral, por lo que resulta clave que las instituciones educativas adopten modelos nuevos en donde los estudiantes  obtengan los conocimientos necesarios para formarse como profesionales en distintos niveles.

Es claro que la oferta educativa en diversos países se ha ampliado, aunque queda duda si la expansión se ha hecho de la mejor manera.

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Cambios imprescindibles en la educación

El informe “The Future of Jobs” del WEF destaca que la Cuarta Revolución Industrial transformará el modelo empresarial y laboral. Es crucial innovar en educación para preparar a los profesionales del futuro, priorizando habilidades tecnológicas. Los avances en inteligencia artificial plantean desafíos y oportunidades; es esencial adaptarse para competir en un entorno cambiante.

En este sentido, expertos en inteligencia artificial coinciden en que en 2040 habrá 50% de posibilidades de tener un sistema tan inteligente como un humano; así fue como se fundó el Future of Humanity Institue de Oxford, donde se estudia la situación del hombre por la máquina y se defiende que, a pesar de la automatización, hay actividades que la tecnología todavía no puede superar y, que sin duda, tendrán que ser realizadas por los profesionales de carne y hueso.

Finlandia, el ejemplo

Uno de los países que estuvo arriba en el ranking de PISA, que mide el mejor y peor nivel educativo a nivel mundial -pero ha descendido-, es Finlandia, nación que ha sabido aprovechar la oportunidad que trae consigo la Cuarta Revolución Industrial; y es que ya está preparando y cambiando sus sistema educativo por otro que continúa en periodo de prueba.

Abandonar las asignaturas tradicionales y caminar hacia una educación activa, en lugar de pasiva, es el objetivo del país europeo. Está implementando proyectos como: nuevos entornos de aprendizaje y materiales digitales para escuelas integrales, la reforma de la educación secundaria profesional superior, acelerar la transición a la vida del trabajo, facilitar el acceso al arte y la cultura, la unión entre las entidades educativas y el sector empresarial  y el cambio de la garantía juvenil hacia la garantía comunal.

No hay duda de que existen países que se quedan petrificados ante la nueva era, pero Finlandia es la excepción. En este país se olvidan de perder el tiempo en frivolidades y lo invierten en cuidar su cerebro intelectual, es decir, científicos, ingenieros, técnicos, educadores, políticos y funcionarios eficientes:

“Son países avanzados en lo científico y tecnológico que al mismo tiempo están en la avanzadilla de la igualdad social. Y son los que menos sufren de desempleo, ya sabemos lo que son”, argumentan expertos en el tema.

No hay escapatoria, las cifras son claras y el panorama está sobre la mesa, es cuestión de que cada Gobierno tome conciencia y empiece a generar estrategias que aseguren la formación de profesionales capacitados y competitivos, además de ciudadanos globales que para 2020 salgan a competir sin morir en el intento.