ADEN Impulsa | Proyecto Hansa: conoce la historia de Federico Iglesias

Introducción

En ADEN Business School creemos que la formación cobra vida cuando se transforma en proyectos reales capaces de generar impacto. Por eso creamos ADEN Impulsa, un espacio donde nuestros alumnos presentan sus iniciativas, comparten aprendizajes y proyectan su futuro profesional.

En esta edición, conversamos con Federico Iglesias, alumno del MBA de ADEN, que presentó junto al profesor Andrés Culasso Hansa, un desarrollo integral que combina infraestructura premium con automatización inteligente para democratizar el acceso a la tecnología en pymes.


Sobre el Proyecto Hansa

Infraestructura premium, automatización inteligente y visión de futuro.
Así se presenta Hansa, un complejo de 9,4 hectáreas que integra 5 naves industriales y 38 oficinas/locales comerciales, sumando más de 39.200 m². Su propuesta es clara: reunir en un mismo lugar operaciones logísticas, comerciales y administrativas, de manera modular y escalable.

El proyecto se apoya en dos pilares estratégicos: la calidad constructiva y la innovación tecnológica. Desde su primera etapa, busca acelerar la ocupación y mostrar resultados tempranos, demostrando que la automatización ya no es patrimonio exclusivo de las grandes corporaciones.

A través de un sistema de automatización con lenguaje natural, Hansa permite que un operario pueda controlar un robot simplemente dando una orden verbal. Con robots colaborativos, visión 3D e inteligencia artificial, el sistema ejecuta tareas logísticas como pick and place con precisión y sin necesidad de programación.

El resultado: un salto tecnológico que acerca la robótica avanzada a las pymes, cerrando la brecha de acceso y haciendo de la tecnología una herramienta inclusiva y realista.


Conoce a Federico Iglesias, alumno ADEN

—Cuéntanos un poco sobre tí, tu recorrido y en qué trabajás actualmente.
Soy Federico Iglesias y vivo en San Vicente, provincia de Buenos Aires. Me desempeño como project manager en proyectos muy diversos: desde la construcción de un polo logístico y comercial, hasta la creación de contenidos y experiencias para museos. También desarrollo sistemas que combinan robótica e inteligencia artificial. Lo que más disfruto es estar en equipos multidisciplinarios y ser parte del proceso de hacer que las cosas realmente sucedan.

—¿De qué se trata el proyecto que presentaste en ADEN Impulsa?
Estoy desarrollando un sistema que le permite a un robot entender lo que le pedís y ejecutarlo, sin necesidad de programar. El operario da una orden clara, el sistema la interpreta y la lleva a cabo. Para esto, utilizo robots colaborativos, cámaras que “ven” en 3D y modelos de inteligencia artificial capaces de comprender lenguaje natural. La idea es aplicarlo en depósitos, fábricas o comercios, con el objetivo de automatizar tareas repetitivas y ahorrar tiempo, dinero y errores, siempre de manera segura y adaptable.

—¿Qué rol tuvo la formación en el desarrollo de tus ideas?
Mi formación es bastante ecléctica: estudié Ciencia Política como base, pero trabajé en finanzas, desarrollo social, conservación de biodiversidad, contenidos educativos, obras de restauración y más. Creo que lo más valioso de la formación no es acumular conocimientos, sino aprender a pensar. Eso es lo que permite adaptarse y resolver problemas incluso en campos donde no tenés todas las respuestas. Como muestra Borges en Funes el memorioso, podés tener información infinita, pero sin conceptos no podés comprender ni actuar. La formación es justamente la que nos da esos conceptos.

—¿Qué consejo le darías a la comunidad de alumnos de ADEN?
Me gusta el concepto de Disney Imagineering, que combina imaginación e ingeniería. Habla de soñar alto, pero también de poner los pies en la tierra para atravesar procesos —a veces caóticos— que hacen que las cosas sucedan. Mi consejo es animarse a empezar, porque el proyecto perfecto no existe en el papel: se construye en la práctica. En ese camino hay que ajustar, perseverar, mantener el compromiso, rodearse de un equipo sólido y, sobre todo, buscar interlocutores válidos que aporten valor real.

—¿Qué frase te inspira y podría inspirar a otros?
Si pienso en Los cuatro acuerdos —ser impecable con las palabras, no tomar nada como personal, no hacer suposiciones y dar siempre lo mejor—, yo le agregaría un quinto: hacer solo cosas que te den vitalidad. Los proyectos más valiosos son los que nos cargan de energía, los que hacen que el tiempo pase volando y nos recuerdan por qué vale la pena estar ahí.


Reflexión final

El caso de Federico Iglesias y el Proyecto Hansa muestra cómo la formación, combinada con visión estratégica e innovación, puede abrir puertas y derribar barreras. ADEN Impulsa es justamente eso: un puente entre la educación y la acción, donde los proyectos de nuestros alumnos se convierten en testimonios vivos de transformación e impacto.

Si eres Alumno o Alumni ADEN y quieres compartir tu proyecto con ADEN Impulsa, puedes hacerlo aquí. En caso que no seas alumno ADEN, puedes conocer su propuesta aquí, y luego podrás compartir tu proyecto.