Habilidades Directivas claves para un liderazgo exitoso

Nuevos paradigmas determina el mundo de los negocios. Serán necesarios líderes flexibles que sepan reinventarse constantemente.

Vivimos en un entorno globalizado y tecnológico, aspectos que al contrario de lo que muchos piensan, exige cada día más líderes que sepan ser cercanos y estén preparados para la incertidumbre. Más aún hoy con la crisis del COVID-19, nuestro liderazgo y habilidades directivas es puesto a prueba en cada momento.

Por otro lado, los consumidores cada vez están más activos e informados, por lo que exigen empresas que puedan dar respuestas rápidas y coherentes. Todo esto de la mano con una crisis ambiental que va en aumento y que necesita acciones concretas.

Parece un panorama un poco turbulento, pero de eso se trata, de saber navegar sin perder de vista el objetivo: ser competitivos.

Para mantener la competitividad u optimizarla se requiere de mucha inteligencia directiva, grupal y personal. Aquí algunas claves:

Saber comunicar de forma horizontal

Parece obvio y hasta algo absurdo continuar mencionando este aspecto, pero aunque no lo creas, uno de los grandes problemas dentro de las empresa son las fallas en la comunicación. Quien no sabe comunicar lo que quiere, ni cómo lo quiere, no puede exigir resultados satisfactorios.

Pero comunicar no sólo es saber decir, sino también saber escuchar. Una comunicación sin retroalimentación no tiene sentido. Entender y empatizar con tu equipo de trabajo será fundamental para poder desarrollar estrategias a corto y largo plazo enriquecidas con diversas opciones de aplicación.

¿Quieres ser un hombre de negocios? Antes aprende a comunicarte.

Capacidad de resolver conflictos a través de la negociación

Claramente esta habilidad está de la mano con el saber comunicar. No se trata sólo de estar preparados para los conflictos, sino de saber cómo resolverlos de forma inteligente. ¿Acaso se puede sacar provecho de un conflicto? ¡Un buen negociador lo lograría!

Está claro que esta habilidad se aprende con la práctica. En toda negociación con el objetivo de resolver un conflicto es importante tratar de llegar a un acuerdo entre las partes, un acuerdo donde ambas partes queden conformes. Sin tener que dejar de lado nuestros objetivos, es recomendable saber hasta dónde seremos capaces de ceder o aceptar ciertas condiciones para cerrar la negociación. Así, con una buena planificación y teniendo una buena estrategia tendremos resultados positivos para todos.

Ser un estratega a corto y largo plazo

El pensamiento estratégico es una de las principales habilidades directivas para estos tiempos. Aquí se encierran pequeñas pero importantes cualidades tales como saber gestionar el tiempo, la capacidad organizativa, el saber anticiparse a las señales de cambio o crisis y porque no aquellos que se animan a desafiar sus propias creencias y la de los demás.

Los líderes estratégicos deben orientar a las organizaciones hacia el logro de la misión y visión facilitando no solo la buena planificación sino que también poniéndola en práctica.

Tener ante todo Inteligencia Emocional

De nada sirve practicar las habilidades directivas mencionadas anteriormente sino somos capaces de identificar, entender y manejar en primer lugar nuestras emociones y empatizar con la de los demás. Al comienzo del artículo hablamos de la importancia de ser un líder cercano, es decir, que si logramos relaciones interpersonales sanas, podremos con seguridad alcanzar nuestras metas y objetivos.

Pero la Inteligencia Emocional no se limita sólo a metas y objetivos, sino que también nos ayuda física y psicológicamente. Nos permite tener un adecuado manejo del estrés y la superación de los obstáculos que se presenten en el camino de una forma armoniosa.

Una persona al frente de un equipo no puede dejarse superar por emociones como la ira, ni dejarse llevar por estallidos emocionales. No se trata de no sentir o estar siempre “feliz” sino de saber cómo encauzar lo que nos pasa o lo que le sucede a algún miembro de nuestro equipo

Animarse a reinventarse es clave en estos tiempos donde se exigen líderes flexibles y capaces de ver el cambio como un desafío esperado.