Pon en marcha estas 7 estrategias y cumple tus metas

Si quieres lograr aquellas metas que realmente te importan debes planificar tus próximos pasos. Soñar no cuesta nada, pero ese sueño debe ponerse en marcha con estrategia.

¿Qué metas deseas cumplir en los próximos cinco años? Para llevar a cabo con éxito tus planes, desde los objetivos más pequeños hasta los más grandes, primero es necesario encontrar las herramientas que te permitirán establecer los pasos a seguir.

Antes de analizar las estrategias que te ayudarán a lograr lo que deseas para tu futuro personal y profesional, te invitamos a conocer la diferencia entre una buena idea y una meta.

Las buenas ideas y las metas ¿son lo mismo?

Muchas veces pensamos que teniendo una gran idea ya es suficiente para poner en marcha aquello que deseamos lograr, pero si no somos capaces de aterrizar eso que buscamos entonces el camino será realmente difícil.

Por lo que es necesario saber que, si bien una “buena idea” es algo fundamental para comenzar este camino, es una instancia más general y abstracta.

En cambio, una meta es mucho más concisa e incluso rigurosa. Tiene fecha y lugar. Nos obliga a detallar los recursos que necesitaremos y evita disminuir el margen de error.

Veamos un caso: tu idea es convertirte en tres años en el CEO de la empresa donde hoy ocupas un cargo directivo. La idea es fantástica, pero ¿cómo lo lograrás? Es aquí donde surgen las metas.

Las metas serán aquellos pequeños pasos que te ayudarán a conseguir eso que tanto buscas. Un claro ejemplo es comenzar un MBA para obtener las herramientas y habilidades necesarias que te ayudarán a convertirte en CEO.

Estrategia 1: Analiza con detenimiento tu recorrido en el último año

¿Cómo va tu año hasta el momento? ¿Te sientes satisfecho o con una extraña sensación de vacío? ¿Aprendiste algo nuevo?

Antes de comenzar a planificar a futuro es fundamental analizar cómo nos sentimos y donde estamos parados actualmente. Todas las experiencias vividas son fundamentales para entender si las metas que nos propusimos eran poco realistas o si es necesario revivir algunos objetivos desplazados.

Intenta hacer memoria y anota las metas que te propusiste para este año. Anota tanto las que lograste como las que no pudiste alcanzar. En proporción ¿fueron más los logros que los pendientes?

Esta instancia no es para culparte por aquello que no se cumplió, sino para entender que hay muchos factores que influyen y sobre los cuales debemos trabajar para cumplir nuestras metas. Quizás es momento de iniciar un nuevo camino formativo y elegir un Executive MBA, programa esencial para dar grandes saltos en las corporaciones.

Estrategia 2: Haz de la reflexión un hábito para darle dirección a tu vida

Cumplir tus metas no solo requiere acción, sino también claridad. La reflexión es una herramienta poderosa que te permite detenerte, mirar hacia dentro y reconectar con lo que verdaderamente importa.

El experto en liderazgo Dr. Roberto Rabouin, autor de Liderazgo Personal, propone la reflexión como base de todo plan de vida. Según él, es en los momentos de calma —y no en plena crisis— donde deberíamos preguntarnos con honestidad:

  • ¿Qué sentido tiene lo que hago cada día?
  • ¿Estoy alineado con mis valores?
  • ¿Mi vida refleja lo que quiero construir?

La reflexión funciona como una especie de planeación estratégica, pero enfocada en ti. Te ayuda a tomar mejores decisiones, a priorizar con sentido y a mantener el rumbo incluso en momentos de incertidumbre.

Inspirado en Viktor Frankl, Rabouin plantea que todos necesitamos encontrar un propósito. Definir tu misión personal implica reconocer una razón profunda para vivir y alinear tus decisiones con ese objetivo. No basta con escribirla en un papel: hay que vivirla, aplicarla y dejar que guíe tu camino.

Muchas veces, el miedo actúa como un freno silencioso. Rabouin, Faculty Internacional ADEN, diferencia entre miedos (como al fracaso, a la pérdida, a la salud o a equivocarte) y fobias, y propone enfrentarlos con claridad. Identificar y trabajar en tus temores te permite crecer, soltar cargas y tomar decisiones con más libertad.

Tus valores son principios que definen tu forma de vivir y decidir. Pueden ser familiares, éticos, espirituales, profesionales o estéticos. Tenerlos claros es vital para actuar con coherencia y sentirte pleno con las decisiones que tomas día a día.

Estrategia 3: Conócete a ti mismo para crecer con intención

Conocerte, descubrir tus fortalezas y debilidades, aquello que te hace único. Mientras más información tengas de tí mismo más alcanzables serán tus metas. Y este autodescubrimiento es algo constante, seguramente hoy no eres el mismo que hace 10 años y tampoco será el mismo dentro de 5 años. 

Algo a lo que debes estar alerta es que, con el paso del tiempo, uno se vuelve más reticente al cambio y a los riesgos, pero esto no está mal, al contrario, una mirada cautelosa sobre el riesgo puede ayudarte a tomar mejores decisiones.

Para descubrir quién eres, te invitamos a mirar nuestro ADEN Business Studio: “La felicidad como propósito de vida”, de la mano de Andrea Cardona y Silvia Escribano, expertas en Bienestar Corporativo y Felicidad Organizacional.

Entonces… no puedes alcanzar tus metas si no sabes desde dónde partes. Según Rabouin, conocerse es más que saber en qué eres bueno: es comprender qué te motiva, qué te detiene, y qué te hace único.

Rabouin propone dos niveles:

  • El nivel superficial, que abarca habilidades técnicas, cognitivas e interpersonales.
  • El nivel profundo, que incluye valores, misión de vida, temores, creencias y modelos mentales.

Reconocer tus conocimientos técnicos y funcionales te permite identificar áreas de mejora. Desde habilidades profesionales hasta comprensión del entorno de negocios, todo suma para tomar mejores decisiones. Por eso cada vez más profesionales eligen seguir sus carreras en una Maestría en Gestión Estratégica de los Negocios.

También es importante identificar tus capacidades cognitivas, como memoria, razonamiento lógico, habilidades verbales o tu estilo de aprendizaje. Saber cómo aprendes y piensas te ayuda a trabajar de forma más eficiente y enfocada.

Fortalece tus habilidades interpersonales

Inspirado en la inteligencia emocional de Goleman, Rabouin destaca competencias como la asertividad, la empatía, la escucha activa y la afectividad. Estas habilidades marcan una gran diferencia en tu entorno laboral y personal, y son claves para liderar desde lo humano.

Revisa tus creencias y modelos mentales

Todos tenemos filtros con los que interpretamos la realidad. Revisar tus creencias religiosas, ideológicas o culturales, y cuestionar los prejuicios o mandatos aprendidos, es parte esencial del crecimiento. Solo así puedes construir una vida más auténtica y en coherencia con quién eres realmente.

Estrategia 4: Pon en práctica el método SMART

Si bien existen diversas metodologías para ayudarte a que tus metas tengan resultados reales, el método SMART es una opción muy sencilla y clara para implementar.

¿Qué debes hacer? Tus metas deben ser:

  • Específicas: esto va de la mano de lo que te contábamos al principio del artículo, no alcanza con una buena idea, tus metas deben ser concretas y reales.
  • Medibles: Cuando hablamos de tener metas reales, están vinculadas a su posibilidad de ser medibles. Saber el progreso de nuestras metas y tener la posibilidad de girar el timón si lo vemos necesario ¡es crucial para cumplir con lo propuesto! 
  • Alcanzables: Y aunque parezcan repetitivos estos puntos, no hay que dejar de tener en cuenta la importancia de no hacer pasos en falso por tener metas imposibles ¡Quizás comenzar con metas pequeñas te permite alcanzar grandes cosas!
  • Relevantes: En este punto debes preguntarte ¿cuál es la importancia que tendrá esta meta en tu vida o en la de los demás? Es decir, lo que sueñas ¿generará el impacto que tanto buscas?
  • Temporales: No existen metas reales, sino tiene fechas límites. Define cuándo aquello que te has propuesto debe estar listo. Haz todo lo posible para alcanzarlo pero también lo suficientemente flexible para no frustrarte si debes demorarte un poco más.

Cada persona es única y nadie debería tener las mismas metas que los demás, al menos nadie debería auto-imponerse metas por el solo hecho de competir con alguien más.

Estrategia 5: Pon en marcha tu plan de acción

La estrategia va de la mano con el plan de acción. Por lo que luego de haber analizado tus metas con el método SMART, es momento de planificar aquellas metas que deseas cumplir en los próximos años.

En tu plan, debes poner fechas, recursos que necesitas, personas que deben intervenir. Coloca como el contexto en el que hoy te encuentras tanto personal como laboral puede ayudarte.

No intentes hacer las cosas rápido, intenta hacerlas de la mejor manera posible para tí. Es importante que te prepares y te tomes el tiempo necesario para aprender todo lo necesario. Por ejemplo, empezar a estudiar una maestría en proyectos puede ser el puente necesario para que, con el tiempo, puedas estar mejor preparado o preparada para nuevas oportunidades profesionales.

Estrategia 6: Ser más que un jefe

Cumplir metas no solo depende de lo que haces, sino de cómo influyes en los demás mientras avanzas. Ya sea que dirijas un equipo, un emprendimiento o una comunidad, tu forma de liderar y el tiempo que hayas dedicado a estudiar desarrollo gerencial puede marcar la diferencia entre el cumplimiento mecánico de tareas y el crecimiento real.

Según el académico y consultor Dr. Roberto Rabouin, autor del libro Liderazgo Transformacional, los líderes de hoy no solo gestionan: median, acompañan, conectan, sirven y construyen visión. Para lograrlo, deben asumir distintos roles, cada uno con impacto en lo humano, lo estratégico y lo colectivo.

1. El líder como mediador de sentido

Inspirado en la logoterapia de Viktor Frankl, Rabouin afirma que encontrar sentido es la fuerza primaria de toda acción humana. El líder debe ser el primero en conectar con su propósito para después ayudar al equipo a encontrarle sentido a lo que hacen.

Su influencia va más allá de la organización:

  • Impacta en la comunidad (empleo, ética, bienestar social).
  • Genera vínculos éticos con stakeholders (clientes, colaboradores, proveedores, accionistas).
  • Repercute en su entorno personal (familia, amistades).
  • Transforma su propio crecimiento e integridad.

2. El líder como coach

Más que dar órdenes, el líder actual acompaña, escucha y guía. Como coach, su misión es impulsar el potencial de cada persona y del grupo, desde el ingreso al equipo hasta su evolución profesional.

Algunas prácticas clave:

  • Brindar conocimientos técnicos y del entorno.
  • Ofrecer retroalimentación constante y constructiva.
  • Ayudar a superar bloqueos o “quiebres” personales.
  • Diseñar planes de mejora personalizados y consensuados.

3. El líder como armonizador y aglutinador de talento

Hoy, un equipo exitoso es diverso, multidisciplinario y dinámico. El líder debe unir perspectivas distintas sin perder cohesión, promoviendo la colaboración y el respeto por las diferencias.

Esto se logra:

  • Evitando el pensamiento único (“groupthink”).
  • Estableciendo roles claros, pero con flexibilidad.
  • Construyendo confianza y sentido de pertenencia.
  • Vivenciando valores como guía para la acción colectiva.

4. El líder como servidor

Inspirado por el enfoque del servant leadership (liderazgo de servicio), Rabouin sostiene que el liderazgo auténtico no se basa en el poder, sino en el servicio. El líder verdadero se preocupa primero por el bienestar y desarrollo de su equipo, generando confianza y motivación genuina.

5. El líder como arquitecto organizacional

Finalmente, el líder debe actuar como diseñador de la cultura organizacional. Esto implica crear estructuras y visiones sólidas que sostengan el propósito común. La misión, visión y valores no deben ser lemas vacíos, sino principios vividos a diario y comunicados en todos los niveles.

Estrategia 7: Compártelo con personas de confianza

Seguramente tienes amigos, familiares o compañeros de trabajo que te conocen muy bien y pueden ayudarte a filtrar aquellas metas que no son tan realistas o incluso servir de trampolín para que logres lo propuesto antes de los tiempos establecidos.

No te compares, pero mira de cerca aquellas personas a las que consideras exitosas ¿Cuáles son sus hábitos? ¿Cuánto tiempo les llevó cumplir sus objetivos?

El orgullo es una de las actitudes que más puede perjudicarte, anímate y a confiar en que son muchas personas las que quieren que tus próximos pasos sean realmente un éxito.

¿Estás listo para convertirte en el próximo CEO de la compañía donde te desempeñas? ¡Conoce la Propuesta Académica de ADEN!

Resumen de preguntas frecuentes sobre tu estilo de liderazgo

A medida que profundizamos en nuestro desarrollo como líderes, surgen dudas que no siempre tienen una única respuesta. Preguntas que revelan conflictos internos, cambios de perspectiva o nuevas ambiciones.

  1. ¿Cómo saber si una meta realmente nace de mí o si fue impuesta por mi entorno?

    Pregúntate si esa meta te emociona, si se alinea con tus valores y si la seguirías persiguiendo aunque nadie más lo notara. Si solo la mantienes por aprobación externa o presión social, tal vez no sea tuya. El autoconocimiento es clave para filtrar lo que deseas de lo que otros esperan.

  2. ¿Qué hago si mis metas cambian a mitad de camino?

    Cambiar de metas no es fallar, es evolucionar. Si una meta ya no resuena contigo, está bien ajustarla o incluso dejarla atrás. Replantea tu plan y enfócate en lo que ahora tiene sentido para ti. Flexibilidad también es una forma de compromiso contigo mismo.

  3. ¿Es posible avanzar hacia una meta sin sentir motivación todo el tiempo?

    Sí. La motivación es variable, pero la constancia es lo que hace la diferencia. Enfócate en crear hábitos, estructuras y recordatorios de por qué comenzaste. Avanzar sin motivación es justamente lo que te fortalece y marca la diferencia a largo plazo.

  4. ¿Qué pesa más a largo plazo: la motivación o la disciplina?

    La disciplina. La motivación es útil para arrancar, pero la disciplina sostiene el proceso. Las personas que logran metas consistentes suelen tener rutinas, sistemas de apoyo y claridad de propósito, más allá del estado de ánimo del día.

  5. ¿Qué hacer si tengo muchas metas y no sé por cuál empezar?

    Prioriza según impacto y urgencia. Pregúntate cuál te acerca más a la vida que deseas o cuál desbloquea otras metas. Empieza por una, avanza con enfoque y luego suma las demás. Querer hacerlo todo a la vez suele llevar a no avanzar en nada.

  6. ¿Qué tipo de líder logra mejores resultados?

    El líder que se adapta, escucha y actúa con coherencia. No existe un único estilo ideal, pero sí características comunes: empatía, visión, capacidad para tomar decisiones difíciles y habilidad para motivar a otros sin dejar de crecer personalmente.

  7. ¿Qué cursos potencian mi liderazgo?

    Aquellos que te ayudan a conocerte mejor, a comunicar con claridad y a gestionar equipos. Temas como inteligencia emocional, coaching, gestión de conflictos, liderazgo situacional y toma de decisiones son altamente recomendables. También suma aprender sobre nuevas tecnologías y tendencias de tu sector.

  8. ¿Especializarme o diversificarme?

    Depende de tus objetivos. Si buscas ser referente en un área, especialízate. Si deseas adaptarte a distintos contextos o emprender, diversificarte puede darte mayor flexibilidad. Lo importante es que tu formación responda a lo que verdaderamente quieres construir.

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