¿Te sientes agotado todo el tiempo? Atención, puedes sufrir burnout

La Organización Mundial de la Salud, incluyó el “síndrome del quemado” en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) lo que permitirá a los profesionales de la salud tratar sus síntomas a partir del 2022

¿Te cuesta levantarte para ir a trabajar, aunque hayas dormido  lo suficiente? ¿Te sientes profundamente desgastado con lo que haces? Si la respuesta es afirmativa, quizás estés comenzando a “quemarte”

Pero ¿qué es el Burnout?

El burnout es un trastorno mental que causa en la persona un sentir de agotamiento total y con frecuencia aparece dentro de un contexto profesional. La OMS especificó que esta situación no es una condición médica, pero sí un “síndrome derivado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no fue gestionado con éxito”.

Este “síndrome del quemado” tiene tres características que puedes identificar fácilmente:

  • Sentido de agotamiento o debilidad.
  • Aumento en el aislamiento, cinismo o sentimientos negativos relativos al trabajo.
  • Baja en la efectividad profesional.
“Los seres humanos tenemos que evitar acostumbrarnos a vivir mal”

Para analizar en detalle esta situación, la Magister Sandra Saez, Directora Internacional del Área InCompany de ADEN Business School nos brinda algunas respuestas:

¿Cuáles son los factores que influyen para que una persona tenga Burnout?

– Si bien el síndrome del quemado se relaciona íntimamente con la dinámica laboral, esta situación tiene diversos factores. Hay factores personales, factores desencadenantes y aquellos que están ligados con la dinámica de la organización en la que se trabaja.

No hace falta inventar la pólvora, alcanza con respetar, motivar y acompañar a cada miembro de nuestro equipo de trabajo para que no termine “quemado”

Es importante resaltar que el “burnout” no es una simple situación de cansancio sino un estrés sostenido en el tiempo. Todos tenemos un umbral de tolerancia frente a situaciones de presión, pero si la situación persiste en el tiempo sin resolverse, puede impactar en la salud del individuo.

La OMS determinó que el Burnout está ligado directamente con la situación laboral de la persona, pero ¿se puede dividir lo personal de lo laboral?

– La realidad es que no todos nos estresamos con las mismas cosas. En el caso de esta patología se da principalmente por factores desencadenantes que tienen que ver con el entorno laboral, tales como la sobrecarga de trabajo, realizar actividades para las que uno no se siente capaz, horarios extremos o políticas de recursos humanos que no ayudan al compromiso de las personas.

“Se pueden generar actividades para propiciar un buen clima laboral, donde las personas creen afectos y reconocimiento”

Sin embargo, si bien todos estos elementos influyen, no impactan de la misma forma en cada uno y es ahí donde aparece el factor personal. Algunas personas tienen características sociales, y una estructura de personalidad, que las vuelven vulnerables. Por ejemplo, en casos donde hay entorno familiar poco motivador y su trabajo se vuelve central, las situaciones de crisis afectarán más.

¿Qué puede hacer la organización para prevenir estas situaciones?

Las compañías tienen que ser más conscientes. Los seres humanos tenemos la facilidad de acostumbramos a vivir mal y esta es la mayor causa que hace que el estrés nos vaya deteriorando sin darnos cuenta. Es importante estar atentos a las señales que nos da el cuerpo y nuestro entorno: “antes dormía bien y ahora no”, “me dicen que mi humor ha cambiado”, entre otros.

En consecuencia, quienes lideran equipos deben estar atentos a estos cambios crónicos que empiezan a generarse en una persona. Si un empleado empieza a faltar por problemas de salud, está irascible o comienza a bajar su rendimiento, son todas claras señales de que algo está sucediendo.

Debemos ser preventivos y no reactivos, es decir no tomar cartas en el asunto cuando el problema ya está sobre la mesa. Se pueden generar diversas actividades para propiciar un buen clima laboral, donde las personas creen afectos y reconocimiento, o tiempos de descanso por ejemplo, para ayudar a evitar este tipo de patologías.

No hace falta inventar la pólvora, alcanza con respetar, motivar y acompañar a cada miembro de nuestro equipo de trabajo para que no termine “quemado”.

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