Tecnologías y sistemas de información de salud: ¿Cómo funcionan?

La pandemia aceleró un proceso que ya venía gestándose: la incorporación de Tecnologías y sistemas de información de salud para mejorar la atención médica, optimizar la gestión institucional y empoderar a pacientes y profesionales. Sin embargo, este cambio no solo involucra nuevas herramientas, sino una reconfiguración completa de cómo se entiende, se gestiona y se entrega el cuidado de la salud.

La digitalización del sector sanitario no es simplemente una tendencia tecnológica; representa una respuesta concreta a desafíos estructurales: el envejecimiento poblacional, la carga creciente de enfermedades crónicas, la escasez de recursos y profesionales en ciertas regiones, y las expectativas de una ciudadanía cada vez más informada y exigente. 

Este artículo se inspira en el análisis de Giselle Ricur, referente en telemedicina y salud digital, miembro del faculty de ADEN International Business School. Se ofrece una mirada clara y estratégica sobre cómo funcionan estas herramientas y cómo pueden ser aprovechadas para transformar los sistemas sanitarios, especialmente en América Latina.

Tabla de contenidos

Las tendencias en salud digital

Según Giselle Ricur, referente internacional en innovación sanitaria y autora del Plan de transformación digital editado por ADEN, la salud digital no solo avanza: redefine completamente cómo entendemos el cuidado de la salud. A continuación, repasamos algunas de las principales tendencias que ya están marcando el rumbo:

1. Disminución de los hospitales tradicionales

Los grandes hospitales empiezan a dejar de ser el centro exclusivo de atención. En su lugar, emergen modelos híbridos donde el hogar cobra protagonismo como nuevo entorno de cuidado. Gracias a dispositivos conectados, es posible realizar videoconsultas, acceder a la historia clínica electrónica en tiempo real y hacer seguimiento remoto de pacientes.

2. Historia clínica electrónica inteligente

La historia clínica ya no es solo un repositorio de datos. La incorporación de comandos por voz, inteligencia artificial y procesamiento de lenguaje natural permite que los profesionales registren información de manera más ágil, y accedan a datos relevantes para mejorar la toma de decisiones clínicas.

3. Manejo domiciliario de enfermedades crónicas

Condiciones como la diabetes, hipertensión o EPOC ahora pueden gestionarse desde casa con apoyo tecnológico. Por ejemplo, una persona con insuficiencia cardíaca puede usar un reloj inteligente que envía datos constantes a su equipo médico, evitando internaciones innecesarias y mejorando su calidad de vida.

4. Profesionales de la salud como “coaches”

Los sistemas inteligentes procesan síntomas, antecedentes y estilo de vida para brindar orientación personalizada. Esto cambia el rol tradicional del médico, que deja de ser solo un prescriptor para transformarse en un guía o coach de salud, que empodera al paciente en su proceso.

5. Prevención y bienestar personalizados

La promoción de la salud también se reinventa. Aplicaciones móviles y dispositivos portátiles ofrecen planes de actividad física, nutrición y seguimiento adaptados a cada usuario. Un gimnasio, por ejemplo, puede complementar su oferta con un programa de bienestar digital y supervisión médica.

Fundamentos de los Sistemas de Información en Salud (SIS)

Estos sistemas son mucho más que un conjunto de herramientas tecnológicas. Son además un complejo ecosistema que conecta personas, procesos, datos y tecnología. Giselle Ricur destaca que la incorporación de tecnología en la salud ha cambiado radicalmente la manera en que interactuamos con los servicios médicos, pero subraya que la esencia de la atención sanitaria sigue siendo la misma: la relación entre el médico y el paciente.

La incorporación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en el sector salud está en pleno auge y ha llegado para quedarse. Aunque su adopción puede representar un desafío para muchos profesionales y organizaciones, también presenta enormes oportunidades para innovar y mejorar la calidad de los servicios de salud, desde el diagnóstico hasta el seguimiento de los pacientes.

Dimensiones clínicas y organizacionales de los SIS

Desde una perspectiva clínica, los SIS permiten la gestión de la historia clínica electrónica (HCE), lo que facilita el acceso inmediato a la información relevante del paciente, mejorando así la calidad del diagnóstico y el tratamiento. La digitalización también favorece la reducción de errores médicos, al asegurar que la información esté siempre actualizada y disponible para todos los profesionales que la necesiten.

Por otro lado, en el ámbito organizacional, los SIS son fundamentales para la gestión administrativa, financiera y logística dentro de las instituciones sanitarias. Los hospitales y clínicas pueden optimizar sus recursos y reducir costos operativos al implementar soluciones tecnológicas que integren todos estos aspectos. Además, la interoperabilidad entre diferentes sistemas es esencial para que los datos puedan ser compartidos de manera efectiva entre diferentes áreas del sector salud.

Giselle Ricur hace hincapié en la necesidad de que los SIS sean desarrollados y mantenidos con un fuerte enfoque en la interoperabilidad, lo que permite que diferentes plataformas y aplicaciones puedan comunicarse de manera fluida. 

Además, la estandarización de los procesos es clave para asegurar que la información fluya sin obstáculos, asegurando que todas las partes involucradas, desde médicos hasta pacientes, puedan beneficiarse de la tecnología.

El modelo HISA y su impacto en la transformación digital

El modelo HISA (Arquitectura de Servicios de Informática de la Salud) es una propuesta europea que busca garantizar que las aplicaciones y sistemas de salud trabajen de manera segura, eficiente y estandarizada. La implementación de este modelo facilita una mejor gobernanza de los datos, asegurando que la información personal y médica de los pacientes esté bien protegida.

Una de las grandes ventajas del modelo HISA es su capacidad para medir el nivel de madurez digital de las organizaciones de salud. Esto permite a los hospitales, clínicas y otros centros de atención sanitaria evaluar su grado de implementación tecnológica y planificar las acciones necesarias para seguir avanzando en su transformación digital.

Desafíos éticos y prácticos en la implementación de los SIS

A medida que los sistemas de información en salud continúan evolucionando, también lo hacen los desafíos éticos y prácticos que enfrentan los profesionales del sector. Giselle Ricur señala que uno de los principales retos es mantener la confianza del paciente en un entorno cada vez más digital. La privacidad y seguridad de los datos son aspectos fundamentales que deben ser garantizados, especialmente cuando se manejan datos tan sensibles como los de salud.

Además, destaca la necesidad de capacitación continua para los profesionales de la salud, quienes deben estar preparados para gestionar los sistemas de información y utilizarlos de manera efectiva. Esto no solo implica conocer el funcionamiento de las herramientas digitales, sino también comprender los aspectos éticos de su uso y cómo estos pueden afectar la relación con los pacientes.

Tecnologías avanzadas aplicadas a la toma de decisiones en salud

La medicina del siglo XXI está atravesada por una revolución silenciosa, pero profunda: la que traen consigo los datos y la inteligencia artificial. Ya no se trata solo de contar con más información, sino de saber qué hacer con ella, en tiempo real y con impacto directo en la vida de las personas. Giselle Ricur publicó recientemente el Plan de transformación digital editado por ADEN, en el cual señala que estamos ingresando en una nueva era en la que los sistemas de salud deben ser más inteligentes, más conectados y, sobre todo, más humanos.

No se trata de reemplazar el juicio médico, sino de ampliarlo, respaldarlo y enriquecerlo con evidencia, proyecciones y alertas generadas a partir de miles (o millones) de casos.

Sistemas de soporte a la decisión clínica (DSS)

Los DSS son herramientas diseñadas para ayudar al profesional a tomar decisiones más seguras. Lejos de automatizar la práctica médica, permiten anticiparse a errores, comparar alternativas terapéuticas y sugerir intervenciones basadas en guías clínicas actualizadas. Ricur insiste en que este tipo de sistemas son claves para garantizar una medicina basada en evidencia, especialmente en contextos de alta demanda o incertidumbre diagnóstica.

Un ejemplo concreto: un médico que atiende en una guardia puede ingresar síntomas, antecedentes y signos vitales en un DSS, y este sistema, cruzando miles de datos, puede alertarlo sobre la posibilidad de una condición poco frecuente, que podría pasarse por alto en una consulta apurada. Lo que antes dependía de la experiencia individual, hoy se potencia gracias al conocimiento colectivo estructurado por la tecnología.

Big Data: cuando los datos hablan

La salud siempre generó datos. Pero recién ahora tenemos la capacidad de recolectarlos, ordenarlos y analizarlos en volúmenes masivos. Esa es la promesa del Big Data: transformar millones de registros, sensores, estudios clínicos y comportamientos en inteligencia accionable.

Ricur plantea que el verdadero valor del Big Data en salud no está en los números por sí solos, sino en su capacidad para prevenir. Gracias a esta tecnología, es posible detectar patrones de enfermedades, prever brotes epidémicos o ajustar políticas sanitarias en función de tendencias que, a simple vista, serían invisibles.

Imaginemos un sistema nacional que recopila en tiempo real los síntomas cargados en aplicaciones móviles de pacientes, recetas electrónicas y datos meteorológicos. Combinando esos elementos, se podría anticipar un aumento de casos de asma en ciertas regiones y reforzar la disponibilidad de medicamentos antes del pico.

Inteligencia artificial y machine learning: diagnósticos más certeros

La IA y el ML llevan las capacidades del sistema aún más lejos. A través del aprendizaje automático, estas tecnologías identifican correlaciones que incluso el ojo clínico más entrenado podría pasar por alto. Desde la lectura automatizada de imágenes médicas hasta la predicción de riesgos de internación, su aplicación está creciendo de manera exponencial.

Pero atención: no se trata de confiar ciegamente en la máquina, sino de integrarla como un recurso para mejorar la práctica. La IA puede detectar microlesiones en una resonancia, predecir la evolución de un paciente con enfermedad renal crónica, o calcular la probabilidad de que una persona con síntomas leves de COVID-19 requiera asistencia respiratoria en los próximos días. Y lo hace con una rapidez y precisión sorprendentes, siempre que el sistema esté bien entrenado y auditado.

Business analytics: decisiones más inteligentes también en la gestión

No solo los médicos se benefician de la inteligencia de los datos. Los gestores de salud —directores de hospitales, clínicas y obras sociales— también están incorporando herramientas de business analytics para optimizar procesos, mejorar la eficiencia y reducir costos sin afectar la calidad.

Estos sistemas permiten responder preguntas clave: ¿qué servicios tienen mayor demanda?, ¿dónde se producen cuellos de botella?, ¿qué turnos se desperdician más?, ¿cuál es el costo real de cada procedimiento? Gracias al análisis predictivo, incluso es posible anticipar qué recursos se necesitarán en función del comportamiento pasado y presente.

Como advierte Ricur, una transformación digital efectiva no puede limitarse al ámbito clínico, sino que debe integrar todas las capas del sistema. Solo así es posible diseñar modelos sostenibles, centrados en el paciente y resilientes frente a crisis sanitarias futuras.

Interoperabilidad y Ecosistemas Tecnológicos en Salud

La transformación digital en salud no es solo una cuestión de incorporar nuevas herramientas: es, ante todo, la capacidad de conectar inteligentemente los recursos existentes. Giselle Ricur plantea en otra de sus publicaciones Tecnologías emergentes y anatomía de la disrupción, que las innovaciones más poderosas son aquellas que rompen con los límites tradicionales, generando soluciones más simples, accesibles y de mayor impacto a menor costo.

Este nuevo paradigma requiere dejar atrás sistemas fragmentados y avanzar hacia ecosistemas tecnológicos interoperables, donde distintas plataformas, dispositivos y actores puedan dialogar sin fricciones. Solo así es posible ofrecer una atención integrada, continua y centrada en el paciente.

Un paciente con múltiples condiciones de salud no puede depender de historias clínicas disgregadas entre instituciones que no se comunican entre sí. Tampoco puede asumir que su información se pierda entre sistemas cerrados o duplicados.

La interoperabilidad garantiza que los datos clínicos puedan ser compartidos de manera segura entre profesionales, instituciones y niveles de atención. De este modo, se evitan errores, se reducen costos y se mejora la experiencia del usuario, que ya no debe repetir su historia médica una y otra vez.

Framework IHE: un lenguaje común

Uno de los marcos más utilizados para lograr esta integración es el Framework IHE (Integrating the Healthcare Enterprise). Se trata de una iniciativa internacional que promueve estándares para que diferentes aplicaciones en salud —sistemas de imágenes, laboratorios, registros clínicos, etc.— puedan trabajar de forma coordinada.

Adoptar IHE no solo mejora la eficiencia técnica, sino que también permite evaluar la madurez digital de una organización. En otras palabras, no alcanza con tener muchos sistemas: lo que importa es que funcionen como un todo coherente y centrado en el usuario.

Blockchain: confianza en los datos

Otra tecnología emergente con gran potencial en salud es el blockchain, conocido por su uso en criptomonedas, pero con aplicaciones crecientes en la gestión de datos médicos. Al funcionar como un registro distribuido, inmutable y transparente, permite garantizar la trazabilidad, seguridad y confidencialidad de la información sanitaria.

En un entorno donde la confianza es esencial, esta tecnología aporta una capa extra de verificación y control en diversas áreas:

  • Se utiliza para rastrear cada paso en la fabricación y distribución de medicamentos, asegurando su autenticidad y calidad. Ayuda a combatir la falsificación de medicamentos y mejora la transparencia en la cadena de suministro.
  • Garantiza la integridad y transparencia de los datos en ensayos clínicos, evitando manipulaciones y fraudes.
  • Facilita el intercambio seguro de información entre diferentes sistemas y proveedores de salud, eliminando la fragmentación de datos.
  • Simplifica y agiliza los procesos de facturación y reclamaciones, reduciendo errores y fraudes, y aumentando la transparencia.
  • Puede optimizar la asignación de recursos médicos (camas, pruebas, citas), brindando una visión en tiempo real de la oferta y demanda.

Sin duda, el futuro de la gestión de salud es algo que ya está sucediendo y las instituciones deben estar preparadas para la reconfiguración. Ya no es un proceso reservado para las grandes corporaciones médicas: se ha convertido en un avance necesario sobre todo en las comunidades más vulnerables de la sociedad.

Gestión de Proyectos de TI en Salud

Implementar tecnología en el sector salud va mucho más allá de comprar equipos o desarrollar software. Requiere una planificación estratégica rigurosa, alineada con los objetivos clínicos y organizacionales. En este contexto, la gestión de proyectos de tecnologías de la información (TI) en salud se convierte en una disciplina clave para lograr resultados sostenibles, seguros y centrados en el paciente.

La gestión de proyectos aporta ese marco de trabajo necesario para alinear equipos interdisciplinarios, definir metas medibles y anticipar riesgos. En sistemas donde conviven múltiples actores —profesionales de la salud, desarrolladores, proveedores, pacientes—, una gobernanza clara del proyecto es lo que marca la diferencia entre el éxito y la frustración tecnológica.

Existen diversas metodologías para gestionar proyectos tecnológicos en salud. Las más conocidas son:

  • PMI (Project Management Institute): promueve un enfoque estructurado, con planificación detallada, fases secuenciales y fuerte control del alcance, tiempo y presupuesto.
  • PRINCE2 (Projects IN Controlled Environments): se enfoca en la gobernanza del proyecto, con roles bien definidos, gestión del riesgo y seguimiento por etapas.
  • AGILE: propone un enfoque iterativo e incremental, con entregas parciales y una fuerte interacción entre el equipo técnico y los usuarios finales. Es ideal cuando el proyecto requiere adaptarse constantemente o cuando el producto no está completamente definido desde el inicio.

En contextos sanitarios, no hay una única receta válida. Como destaca Ricur, cada institución debe evaluar sus necesidades, su cultura organizacional y su madurez digital para adoptar el enfoque más adecuado.

Para cerrar, algunos factores críticos para la gestión de proyectos de TI en salud:

  • Compromiso institucional: el liderazgo debe respaldar el proyecto con recursos, tiempos y visión estratégica.
  • Participación activa de los usuarios: médicos, enfermeros, técnicos y pacientes deben ser parte del proceso desde el diseño.
  • Evaluación continua: cada fase debe incluir mecanismos de monitoreo, aprendizaje y mejora.
  • Cultura de colaboración: la tecnología no puede imponerse, debe construirse colectivamente.

Expedientes electrónicos y aplicaciones digitales en salud

En todo este proceso, los expedientes electrónicos y las aplicaciones digitales centradas en el paciente se han convertido en pilares fundamentales para brindar una atención más accesible, personalizada y eficiente.

Historia Clínica Electrónica y Receta Digital

Son herramientas que centralizan y organizan la información del paciente, permitiendo un acceso rápido, seguro y compartido entre los distintos niveles de atención. Ya no se trata simplemente de digitalizar formularios en papel, sino de crear sistemas inteligentes capaces de integrar datos en tiempo real, generar alertas clínicas, evitar errores y facilitar decisiones basadas en evidencia.

Giselle Ricur sostiene que estos sistemas deben ir más allá de lo técnico: deben responder a valores esenciales como la confidencialidad, el consentimiento informado y la responsabilidad profesional, sin importar si la atención ocurre en un consultorio físico o a través de una pantalla.

Telesalud y portales centrados en el paciente

En Tecnologías emergentes y anatomía de la disrupción, Ricur define a la telesalud como el conjunto de servicios médicos prestados a distancia mediante plataformas digitales, superando barreras geográficas y mejorando la equidad en el acceso. Este enfoque ha demostrado ser especialmente eficaz en zonas rurales o con poca densidad de especialistas, donde las consultas virtuales, el monitoreo remoto y el intercambio de información clínica han mejorado significativamente la cobertura y la continuidad del cuidado.

Al mismo tiempo, los portales de salud y las aplicaciones móviles empoderan al paciente, dándole acceso a su información, facilitando la interacción con el equipo de salud y promoviendo la adherencia a tratamientos mediante recordatorios, alertas y recomendaciones personalizadas.

Nuevas formas de relación médico-paciente

En Relación médico-paciente en la era digital, Ricur analiza cómo la virtualidad reconfigura el vínculo tradicional. La RMP mediada por tecnologías como la videollamada presenta beneficios evidentes —accesibilidad, ahorro de tiempo, comodidad—, pero también plantea desafíos relacionales y emocionales.

Ventajas:

  • Mayor acceso, incluso en contextos de aislamiento o lejanía.
  • Reducción de costos y de tiempos de espera.
  • Disposición positiva hacia el uso de nuevas herramientas digitales.

Desafíos:

  • Menor espontaneidad y dificultad para interpretar señales no verbales.
  • Posible “experiencia emocional distante”.
  • Riesgos de seguridad, desinformación y brechas digitales.

Para Ricur, el reto consiste en garantizar que, aun a través de pantallas, se preserve la calidez del acto médico y se respeten los principios éticos que lo sustentan.

Seguridad, alfabetización digital y comunidad profesional

La expansión de los sistemas digitales exige reforzar la ciberseguridad y formar tanto a profesionales como a pacientes en el uso adecuado de las herramientas tecnológicas. La autora subraya que el acceso a la información debe estar acompañado por una educación en salud digital que promueva la consulta de fuentes confiables y combata la propagación de desinformación o prácticas no científicas.

Para avanzar hacia una salud digital sustentable, Ricur propone cuatro líneas de acción:

  1. Compartir experiencias: Difundir aprendizajes, errores y aciertos permite acelerar el proceso de innovación y evitar duplicar esfuerzos.
  2. Formar agrupaciones de referentes: Crear comunidades expertas que lideren, inspiren y mantengan estándares de calidad.
  3. Reconocer el impacto transversal de la digitalización: Cada decisión tecnológica afecta directa o indirectamente la calidad de la atención.
  4. Sostener un aprendizaje continuo: La transformación digital no es un evento, sino un proceso dinámico que exige adaptación constante y una profunda alineación con los valores de la práctica médica.

La salud digital no es un destino, sino un camino de innovación responsable, donde la tecnología se pone al servicio de las personas. Avanzar en esa dirección exige decisión, colaboración y una mirada estratégica centrada en el bienestar del paciente y en la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.

Resumen de preguntas frecuentes

A medida que la tecnología continúa transformando el sector salud, surgen una serie de preguntas clave que reflejan tanto los desafíos como las oportunidades de esta disrupción digital.  Este apartado de preguntas frecuentes busca aclarar conceptos esenciales y resolver inquietudes comunes sobre la evolución digital en salud, especialmente en el contexto latinoamericano.

  1. ¿Qué diferencia hay entre telesalud y telemedicina?

    La telemedicina se refiere al uso de tecnologías digitales para realizar consultas médicas a distancia, es decir, la atención médica en línea, que puede incluir videollamadas, chats o análisis de datos médicos de forma remota. La telesalud, por otro lado, es un concepto más amplio que incluye no solo consultas médicas, sino también el monitoreo remoto de pacientes, educación en salud, gestión de enfermedades crónicas y más.

  2. ¿Qué tecnologías emergentes se usan para la prevención personalizada?

    Entre las tecnologías emergentes más relevantes para la prevención personalizada se encuentran la inteligencia artificial (IA) y el machine learning, que permiten el análisis de grandes volúmenes de datos para predecir riesgos de salud y crear planes de prevención adaptados a cada individuo. También destacan la genómica, la cual permite identificar predisposiciones genéticas a enfermedades, y las aplicaciones móviles y dispositivos wearables, que proporcionan información en tiempo real sobre hábitos de salud, actividad física y otros factores relacionados con el bienestar.

  3. ¿Cómo se protege la privacidad del paciente en entornos digitales?

    La protección de la privacidad del paciente en entornos digitales es crucial y se logra mediante el uso de cifrado de datos, autenticación multifactorial y el cumplimiento de normativas como la Ley de Protección de Datos Personales y las regulaciones de privacidad de la salud (como HIPAA en EE. UU. o LOPDGDD en España). Además, las plataformas de salud digital deben garantizar el consentimiento informado del paciente para el uso de sus datos y ofrecer mecanismos claros para el acceso y control de la información personal.

  4. ¿Cómo se mide la madurez digital de una institución sanitaria?

    La madurez digital de una institución sanitaria se mide a través de una evaluación integral de su infraestructura tecnológica, procesos, capacidades de datos y habilidades del personal. Se pueden utilizar marcos de evaluación como el Modelo de Madurez Digital para la Salud (HISA) que analiza aspectos clave como la interoperabilidad de sistemas, la integración de tecnologías emergentes, la adopción de herramientas de gestión y la formación continua del personal sanitario en el uso de tecnologías digitales.

  5. ¿Existen oportunidades para startups de salud en América Latina?

    Sí, América Latina presenta un entorno prometedor para las startups de salud, especialmente debido a la creciente demanda de soluciones digitales que mejoren el acceso a la atención, la eficiencia del sistema sanitario y la calidad de los servicios. 
    Las oportunidades se encuentran en áreas como la telemedicina, salud digital, plataformas de gestión de pacientes, monitoreo remoto y prevención personalizada. Además, la región enfrenta desafíos en términos de infraestructura sanitaria, lo que crea un espacio ideal para innovaciones tecnológicas que aborden estas brechas y mejoren el sistema de salud.

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Faculty: Giselle Ricur
Giselle Ricur

Experta en Telesalud

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