Transporte multimodal e intermodalismo en Argentina

En Argentina, donde la geografía extensa y la concentración de puertos y centros productivos plantean desafíos particulares, el transporte multimodal y el intermodalismo se han convertido en conceptos clave para entender hacia dónde se dirige la competitividad empresarial.

Imaginemos una PyME tecnológica que necesita importar componentes electrónicos desde Asia: bajo un esquema multimodal, toda la operación —del barco al avión y del camión al depósito— queda cubierta bajo un solo contrato, simplificando gestiones y reduciendo riesgos. 

Como señala el especialista en Negocios Internacionales de ADEN Fernando Urdaniz, la integración eficiente de los distintos modos de transporte “permite reducir costos ocultos y optimizar tiempos de tránsito, generando valor agregado para empresas que buscan expandirse en mercados competitivos”. En este sentido, el multimodalismo no solo responde a una necesidad técnica, sino que se convierte en una decisión estratégica para directivos y gerentes que buscan maximizar la rentabilidad y fortalecer su posición en cadenas de suministro cada vez más globalizadas.

¿Qué es el transporte multimodal?

Es un sistema que integra dos o más modos de transporte —como el carretero, ferroviario, marítimo, fluvial o aéreo— bajo un solo contrato y con la coordinación de un único operador de transporte multimodal (OTM). Esta característica lo diferencia de otras modalidades, ya que otorga simplicidad y previsibilidad: toda la operación queda centralizada en un solo responsable, desde el punto de origen hasta el destino final.

Entre sus principales características, destacan:

  • Responsabilidad unificada: el OTM asume el compromiso legal de la carga durante todo el trayecto, lo que facilita la gestión de seguros y reclamos.
  • Documento único de transporte: conocido como conocimiento de transporte multimodal, reemplaza la necesidad de múltiples contratos y simplifica trámites aduaneros y administrativos.
  • Reducción de costos ocultos: al optimizar transbordos, tiempos de espera y procesos documentales, disminuye gastos indirectos.
  • Eficiencia operativa: alinear distintos modos bajo una sola planificación permite tiempos de tránsito más competitivos y un mejor aprovechamiento de las capacidades logísticas.

En palabras de Urdaniz en su manual Transporte y Logística Internacional publicada por la Escuela de Negocios ADEN, este modelo “es un mecanismo que genera sinergias entre modos de transporte que, de manera aislada, difícilmente alcanzarían la eficiencia que logran al integrarse”.

Para visualizarlo, pensemos en algunos ejemplos:

  • Caso agroindustrial: una exportación de granos parte en camión desde Córdoba hasta Rosario, se carga en un buque rumbo a Rotterdam y finaliza en tren hasta un centro de distribución en Alemania. Todo esto bajo un solo contrato multimodal.
  • Caso de manufactura: una automotriz argentina que importa autopartes desde Asia puede utilizar un esquema multimodal en el que la carga viaja en barco hasta Chile, se traslada por tren hasta Mendoza y concluye en camión hacia Buenos Aires.
  • Caso de comercio electrónico: una empresa de e-commerce con alcance regional puede consolidar envíos en avión desde Buenos Aires a Santiago, para luego distribuir en camiones dentro de Chile, sin tener que gestionar contratos por separado en cada tramo.

Cuando se trata de la optimización de la cadena de suministro, el transporte multimodal aporta un diferencial al permitir anticiparse a la demanda, disminuir tiempos de tránsito y reducir costos sin perder estándares de calidad.

Diferencia entre transporte intermodal y multimodal

Aunque en la práctica suelen confundirse, representan enfoques distintos de gestión logística que repercuten directamente en la eficiencia, los costos y la responsabilidad legal.

En el transporte intermodal, cada tramo del recorrido se gestiona mediante contratos separados: uno para el camión, otro para la naviera y, eventualmente, otro para el ferrocarril. El cliente —o su agente logístico— debe coordinar los diferentes contratos y asumir la carga administrativa que esto conlleva.

Por el contrario, en el transporte multimodal, toda la operación se integra en un único contrato, gestionado por un operador de transporte multimodal (OTM). De esta forma, la planificación de rutas, los transbordos, la documentación y la responsabilidad legal se centralizan en un solo interlocutor.

Como explica Fernando Urdaniz, la gran ventaja del multimodalismo radica en que introduce un responsable único frente al cargador, lo que reduce la dispersión de obligaciones y permite optimizar la coordinación. Dicho de otro modo, mientras el intermodalismo fragmenta la gestión entre varios actores, el multimodalismo concentra la responsabilidad y genera mayor previsibilidad para la empresa que contrata.

El rol del operador de transporte multimodal (OTM)

Es el actor clave que hace posible que el multimodalismo funcione como una solución integral y eficiente para las empresas. Sin él, el sistema se fragmentaría en múltiples contratos, responsabilidades dispersas y una carga administrativa excesiva para el cargador.

Por definición, el OTM es la persona física o jurídica que celebra el contrato multimodal y asume la responsabilidad única y global por toda la operación logística, desde que la mercancía se entrega en el punto de origen hasta que llega a destino. Este marco contractual genera confianza, reduce la complejidad y aporta un nivel de previsibilidad que resulta estratégico para compañías que dependen de la eficiencia logística para sostener su competitividad.

Funciones estratégicas del OTM

El OTM no es solo un intermediario, sino un gestor integral de la cadena logística. Entre sus funciones destacan:

  • Diseño de la operación: analiza el trayecto, identifica los modos más convenientes (carretero, ferroviario, marítimo, aéreo o fluvial) y define la mejor combinación según costos, tiempos y riesgos.
  • Optimización de rutas y recursos: busca economías de escala al consolidar cargas, reducir viajes vacíos y aprovechar mejor la infraestructura disponible.
  • Gestión documental y aduanera: se encarga de emitir el conocimiento de transporte multimodal, un documento único que simplifica trámites frente a autoridades nacionales e internacionales.
  • Coordinación de actores: negocia con transportistas de cada modo, administra espacios en barcos o aviones, coordina depósitos y sincroniza horarios de transbordo.
  • Gestión de riesgos y seguros: responde por eventuales pérdidas, daños o retrasos, lo que le da al cargador la seguridad de tener un único interlocutor en caso de conflicto.
  • Digitalización y trazabilidad: cada vez más OTMs incorporan sistemas digitales de seguimiento en tiempo real, lo que permite a las empresas monitorear su carga de extremo a extremo.

Fernando Urdaniz enfatiza que el verdadero valor del OTM radica en transformar una operación fragmentada en un servicio integral, donde la eficiencia no solo se mide en costos directos, sino también en la reducción de tiempos improductivos, trámites repetitivos y conflictos entre partes.

El rol del OTM puede variar según el sector, pero en todos los casos resulta determinante:

  • Agroindustria: un OTM que coordina la salida de granos desde el NOA hacia Europa puede articular camiones, trenes y barcos, asegurando continuidad en la cadena y reduciendo pérdidas por demoras en puerto.
  • Industria automotriz: las terminales que importan autopartes suelen depender de un OTM que garantice puntualidad en cada etapa. Un retraso en un tramo intermodal puede detener toda la línea de producción; con un contrato multimodal, la responsabilidad está claramente definida.
  • E-commerce y retail: cadenas de distribución regionales utilizan OTMs para consolidar envíos internacionales, combinar transporte aéreo y terrestre, y cumplir con la promesa de entregas rápidas y seguras.
  • Farmacéutica: en este sector, donde la cadena de frío es crítica, el OTM asegura estándares de temperatura constante a lo largo de varios modos de transporte, evitando pérdidas millonarias.

Valor agregado para las empresas

Para los tomadores de decisiones, el OTM no es solo un operador logístico: es un socio estratégico. Su participación aporta beneficios en distintas dimensiones:

  • Eficiencia administrativa: un solo contrato y un único documento reducen costos internos de gestión.
  • Seguridad legal: se simplifica la asignación de responsabilidades ante siniestros.
  • Continuidad operativa: las empresas pueden planificar con mayor certeza, sabiendo que un único actor centraliza la gestión.
  • Reducción de costos ocultos: menos horas de espera en puertos, menos almacenajes imprevistos y menor duplicación de trámites.

En Argentina, donde el transporte carretero representa más del 85 % del movimiento de cargas, los OTMs tienen un rol fundamental para promover una transición hacia un modelo logístico más diversificado. No se trata de reemplazar camiones, sino de integrarlos de manera inteligente con trenes, barcazas o aviones para ganar competitividad frente a países que ya cuentan con sistemas multimodales maduros.

El avance del multimodalismo también plantea la necesidad de contar con profesionales especializados. Estudiar carreras en logística y operaciones resulta fundamental, ya que las empresas buscan perfiles capaces de manejar contratos internacionales, coordinar operaciones complejas y aplicar herramientas tecnológicas de trazabilidad.

Infraestructura del transporte multimodal en Argentina

Fernando plantea que la infraestructura multimodal no debe entenderse únicamente como la suma de puertos, trenes y carreteras, sino como un sistema integrado que articule a los distintos modos de transporte para generar eficiencia y competitividad. En el caso argentino, esta mirada sistémica es crucial, ya que conviven grandes fortalezas con debilidades estructurales que condicionan el desarrollo del multimodalismo.

Fortalezas actuales

Argentina cuenta con una base estratégica que le otorga ventajas comparativas en la región:

  • Puertos de relevancia internacional, como Rosario (clave para la agroindustria), Bahía Blanca (aguas profundas para cargas de gran volumen) y Buenos Aires (referencia en contenedores).
  • La hidrovía Paraná-Paraguay, considerada la autopista fluvial más importante de Sudamérica, que permite transportar grandes volúmenes de manera más económica y sustentable que el camión.
  • Corredores bioceánicos, que conectan con Chile y abren acceso a mercados del Pacífico, fortaleciendo la posición geopolítica del país.
  • Una ubicación estratégica en el Cono Sur, que convierte a Argentina en bisagra logística entre el Atlántico, el Pacífico y el Mercosur.

Debilidades estructurales

Junto a estos activos, persisten limitaciones que frenan la consolidación del multimodalismo:

  • Excesiva dependencia del transporte carretero, que mueve más del 85 % de las cargas internas, encareciendo la logística y aumentando la congestión urbana.
  • Problemas ferroviarios históricos, con redes extensas pero poco modernizadas, falta de electrificación e incompatibilidad de trochas.
  • Cuellos de botella urbanos en áreas como Buenos Aires y Rosario, que elevan costos y tiempos de tránsito.
  • Escasez de puertos secos y centros logísticos, indispensables para transferencias rápidas y almacenamiento eficiente.
  • Marco regulatorio disperso, que genera incertidumbre en operadores internacionales y limita la expansión del sistema.

Tendencias y oportunidades

A pesar de las limitaciones estructurales, el futuro del transporte multimodal en Argentina se presenta como un terreno fértil para la innovación y la reconversión. El país enfrenta un escenario donde la presión por ser más competitivo a nivel internacional, sumada a las exigencias de sustentabilidad y trazabilidad, obliga a repensar su infraestructura logística.

1. Digitalización y trazabilidad

La incorporación de tecnologías digitales está transformando la forma en que se gestionan las cargas. El uso de IoT (sensores en tiempo real), big data y blockchain permite monitorear contenedores desde que salen del productor hasta que llegan al destino final. En la práctica, esto reduce pérdidas, mejora la planificación y genera confianza en mercados internacionales. Por ejemplo, una exportadora de carne refrigerada puede garantizar que la temperatura se mantuvo estable durante todo el recorrido multimodal, algo que antes resultaba difícil de demostrar ante clientes europeos o asiáticos.

2. Logística verde y sustentabilidad

La transición hacia modelos de transporte con menor huella de carbono es una tendencia mundial que ya impacta en Argentina. Según Urdaniz (Transporte y Logística Internacional), el transporte carretero es el más costoso en términos energéticos, mientras que el ferroviario y el fluvial pueden reducir el consumo hasta en un 70 %. Incorporar más trenes de carga y potenciar la hidrovía Paraná-Paraguay no solo abarataría costos, sino que alinearía a las empresas con estándares ambientales globales, cada vez más exigidos por cadenas de valor internacionales.

3. Inversión público-privada en infraestructura

La magnitud de las obras necesarias para modernizar corredores, ampliar puertos y mejorar ramales ferroviarios hace imposible que el Estado lo encare en soledad. Aquí, los esquemas de asociación público-privada (APP) aparecen como una vía para financiar y acelerar proyectos estratégicos. Ejemplos concretos son los parques logísticos en la zona de Zárate-Campana, donde confluyen carreteras, trenes y acceso fluvial, o los planes para modernizar el Belgrano Cargas y recuperar su relevancia en el traslado de granos y minerales hacia los puertos.

4. Integración regional y competitividad del Mercosur

La geografía argentina la convierte en un país bisagra entre océanos y regiones productivas. Los corredores bioceánicos con Chile ofrecen una salida directa al Pacífico y, con ello, acceso a los mercados asiáticos. A su vez, la consolidación del Mercosur y la cooperación con Paraguay, Brasil y Uruguay en torno a la hidrovía fortalecen la posición de Argentina como hub logístico regional. Imaginemos el impacto para una minera en el norte del país que, gracias a un corredor multimodal eficiente, pueda enviar litio a puertos del Pacífico en tiempos más competitivos frente a otros proveedores globales.

5. Innovación en modelos de negocio

A medida que se consoliden estas tendencias, también surgirán nuevas oportunidades para los operadores y las empresas. OTMs con capacidad tecnológica podrán ofrecer servicios iferenciados, como contratos que incluyan métricas de sustentabilidad, seguros digitales o incluso plataformas colaborativas donde varias pymes compartan infraestructura para abaratar costos.

Para directivos y gerentes, comprender esta infraestructura no es un detalle operativo, sino una decisión estratégica. Una empresa que dependa solo del camión puede enfrentar sobrecostos y riesgos, mientras que otra que combine modos de forma inteligente —apoyada en un operador multimodal— logrará mayor resiliencia y competitividad internacional.

Operaciones intermodales en Argentina

El concepto de operaciones intermodales hace referencia al traslado de una carga a través de dos o más modos de transporte diferentes, sin modificar el contenido de la unidad de carga —generalmente un contenedor—, pero bajo contratos separados para cada tramo. Aunque este esquema no ofrece la simplicidad legal del multimodalismo, constituye una práctica muy extendida en Argentina y el mundo, especialmente en sectores donde la infraestructura no permite integrar todos los modos bajo un único operador.

Procesos clave de las operaciones intermodales

Las operaciones intermodales exigen estrategias de colaboración en la cadena de suministro en distintos momentos críticos del recorrido:

  • Transbordo: el cambio de un modo de transporte a otro (camión a tren, tren a barco, barco a avión). Un buen transbordo evita tiempos muertos, pérdidas de carga o costos adicionales de almacenaje.
  • Almacenamiento temporal: en ocasiones, la carga debe permanecer en depósitos intermedios a la espera de disponibilidad en el próximo transporte. La eficiencia de estos procesos impacta directamente en la competitividad.
  • Gestión de contenedores y unidades de carga: la estandarización en contenedores de 20 y 40 pies, pallets y embalajes industriales facilita el movimiento ágil entre distintos modos. En Argentina, esta práctica se expande especialmente en comercio exterior y en el transporte de productos agroindustriales.

Relevancia sectorial

Las operaciones intermodales tienen un impacto directo en sectores clave de la economía argentina:

  • Agroindustria: los granos y subproductos suelen trasladarse en camión desde las zonas productivas hasta puertos o estaciones ferroviarias, para luego continuar por barcazas o buques hacia los mercados internacionales. Aquí, la eficiencia en los transbordos determina la competitividad exportadora.
  • Industria automotriz: las autopartes importadas y exportadas requieren múltiples combinaciones de transporte. Por ejemplo, camión para el traslado interno, barco para el cruce internacional y tren para la distribución a plantas. La coordinación intermodal evita retrasos en la línea de producción.
  • E-commerce y retail: la explosión del comercio electrónico en Argentina también ha impulsado soluciones intermodales. Las empresas suelen combinar camiones para la distribución nacional con vuelos de carga para los envíos internacionales o regionales.

Son una herramienta de transición: permiten aprovechar la infraestructura disponible, combinando modos de transporte que por separado no serían suficientes, mientras se avanza hacia modelos multimodales más integrados.

Como advierte Urdaniz en Transporte y Logística Internacional, la clave de estas operaciones no radica únicamente en el movimiento físico de la carga, sino en la capacidad de articular actores diversos bajo procesos eficientes, donde la estandarización y la coordinación son factores diferenciales.

En este sentido, la intermodalidad representa una solución práctica y flexible que, aunque no resuelve por completo la dispersión de responsabilidades, se ha convertido en un pilar operativo para la agroindustria, la automotriz y el comercio digital, tres sectores que definen gran parte de la economía argentina.

Estatus actual y evolución del transporte multimodal en Argentina

El transporte multimodal en Argentina atraviesa una etapa incipiente, marcada por una fuerte dependencia del camión como medio de traslado. Hoy, más del 85 % de las cargas internas se mueven por carretera, lo que refleja tanto la centralidad del sector camionero como la falta de desarrollo de alternativas robustas como el ferrocarril o el transporte fluvial. 

No obstante, se observan señales de transformación. La hidrovía Paraná-Paraguay se ha consolidado como un eje logístico clave para el agro, movilizando millones de toneladas hacia los puertos del Gran Rosario. Asimismo, programas de recuperación ferroviaria, como el Belgrano Cargas, buscan reincorporar al tren en el transporte de granos, minerales y productos industriales. Aunque los avances son lentos, representan un cambio hacia una matriz más equilibrada y diversificada.

Desde una perspectiva regional, Argentina también está apostando a los corredores bioceánicos, que vinculan el Atlántico con el Pacífico a través de pasos fronterizos con Chile y Brasil. Estas rutas tienen un enorme potencial para ampliar la competitividad exportadora, facilitando el acceso a los mercados asiáticos y reduciendo la dependencia exclusiva de los puertos del Atlántico.

La digitalización documental es otro frente de cambio. La implementación progresiva de sistemas electrónicos para trámites aduaneros y el seguimiento digital de cargas permite reducir tiempos, eliminar burocracia y mejorar la trazabilidad. Este tipo de innovación resulta fundamental para atraer inversiones y ganar la confianza de socios internacionales, en especial en sectores como la automotriz o la farmacéutica, donde la puntualidad y la seguridad en el traslado son críticas.

Perspectiva de evolución

Una dirección estratégica de la cadena de suministro va más allá de la simple compra de materiales. ¿Qué define una buena gestión de la cadena de abastecimiento? Implica planificación, negociación y digitalización para garantizar un flujo eficiente de bienes y servicios. En este contexto, el transporte multimodal se presenta como una herramienta esencial para consolidar esos objetivos en entornos complejos como el argentino.

  • En el corto plazo, se espera una consolidación gradual del multimodalismo en sectores de alto volumen, como el agroexportador y la minería.
  • En el mediano plazo, la digitalización y la trazabilidad serán ejes centrales, permitiendo a las empresas integrarse más rápido a cadenas globales.
  • En el largo plazo, la visión apunta a un sistema multimodal robusto, donde camiones, trenes, barcos y aviones funcionen de manera complementaria y no competitiva, generando un verdadero salto de calidad en la logística argentina.

Como explica Fernando Urdaniz, la evolución del multimodalismo argentino “depende no solo de la infraestructura, sino también de la articulación institucional y de la profesionalización de los operadores”. En otras palabras, el país no solo necesita más vías férreas o puertos modernizados, sino también instituciones coordinadas, políticas públicas claras y profesionales capacitados que garanticen un sistema sostenible y competitivo.

Cadenas de suministro en Argentina: Preguntas frecuentes finales

El transporte multimodal genera cada vez más interés en Argentina porque ofrece soluciones a los problemas históricos de costos logísticos, falta de previsibilidad y congestión en rutas. Sin embargo, a medida que las empresas comienzan a explorar este modelo, surgen dudas comunes sobre su implementación, los actores involucrados y las oportunidades que abre en términos de profesionalización. A continuación, se responden algunas de las preguntas más relevantes 

  1. ¿Qué beneficios tiene contratar un OTM en Argentina?

    Contratar un operador de transporte multimodal (OTM) en Argentina significa delegar en un solo actor toda la gestión de la carga, desde el origen hasta el destino final. Esto aporta beneficios clave: simplificación administrativa con un contrato único, reducción de costos ocultos (tiempos de espera, trámites aduaneros, almacenajes imprevistos), previsibilidad en plazos de entrega y seguridad legal, ya que existe un único responsable ante eventuales pérdidas o daños. Para las empresas, trabajar con un OTM implica transformar un proceso fragmentado en una operación integral, más eficiente y competitiva.

  2. ¿Qué empresas utilizan el transporte multimodal en Argentina?

    Las empresas exportadoras del agro son las principales usuarias de sistemas multimodales, combinando camiones, trenes y barcazas para trasladar granos y subproductos hacia los puertos del Gran Rosario. También la industria automotriz recurre a este modelo para la importación y exportación de autopartes, donde la coordinación precisa de diferentes modos es esencial para no frenar la producción. En los últimos años, compañías de e-commerce y retail también han comenzado a implementar esquemas multimodales, combinando transporte aéreo y terrestre para cumplir con la creciente demanda de entregas rápidas a nivel regional.

  3. ¿Cómo impacta el multimodalismo en la cadena de suministro?

    El multimodalismo permite que la cadena de suministro sea más ágil, integrada y competitiva. Al centralizar la gestión en un OTM, se reducen los riesgos asociados a la dispersión de contratos y se gana visibilidad sobre todo el trayecto. Esto se traduce en menores costos logísticos, mayor trazabilidad de las cargas, tiempos de tránsito más predecibles y la posibilidad de acceder a mercados internacionales con estándares más exigentes. Además, el multimodalismo favorece la diversificación de modos de transporte, lo que aporta resiliencia frente a imprevistos como huelgas, congestiones o problemas de infraestructura.

  4. ¿Qué marco regulatorio rige el transporte multimodal en Argentina?

    En Argentina, el transporte multimodal se encuentra regulado por la Ley 24.921, sancionada en 1998, que establece las bases para la actividad del operador multimodal y su responsabilidad frente al cargador. Sin embargo, su aplicación práctica ha sido limitada y en muchos casos coexistente con normativas dispersas de cada modo de transporte. A nivel internacional, el país también adhiere a convenios como las Reglas de Hamburgo y las normativas de la UNCTAD, que sirven de marco de referencia. La necesidad de actualizar y consolidar este marco normativo sigue siendo un desafío para potenciar el multimodalismo en el comercio exterior argentino.

  5. ¿Qué formación requiere un técnico en logística y transporte multimodal?

    Un técnico o especialista en esta área debe dominar temas como planificación de rutas, coordinación de modos de transporte, legislación internacional, gestión aduanera y uso de tecnologías de trazabilidad digital. En este sentido, la formación ejecutiva es fundamental.

    Los programas de ADEN International Business School ofrecen opciones de capacitación en Logística y Operaciones, orientadas a formar directivos y gerentes capaces de diseñar, implementar y liderar proyectos logísticos de alto impacto en entornos complejos. Estos programas, disponibles en modalidad híbrida y e-Learning, integran contenidos prácticos, casos de estudio regionales y metodologías interactivas que preparan a los participantes para enfrentar los desafíos del multimodalismo en Argentina y América Latina.

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Faculty: Fernando Urdaniz
Fernando Urdaniz

Experto en Negocios Internacionales