Mientras la tecnología continúa creciendo a pasos agigantados, también crecen las preguntas sobre qué deparará para el próximo año y cuáles son las tendencias que se esperan para los negocios digitales.
En primer lugar, el diseño centrado en el usuario o human-centered design seguirá siendo un factor clave a la hora de crear aplicaciones, sitios web o cualquier tipo de experiencia que esté atravesada por el mundo digital.
Con personas usuarias cada vez más exigentes, las tendencias se vuelven cada vez más desafiantes. A continuación, los ítems clave para no quedar atrás en los próximos años.
¿Cuáles serán las principales claves dentro del universo UX?
Ya no alcanza con ofrecer un sitio web funcional o una aplicación rápida: las personas esperan interfaces que respondan a sus necesidades, transmitan confianza y generen emociones positivas. En este contexto, surgen tendencias que están redefiniendo la manera en que interactuamos con la tecnología.
La transformación digital en América Latina tiene matices propios. Como se analiza en la guía de transformación y estrategia digital en negocios de la región, los niveles de madurez tecnológica varían enormemente entre países y sectores, lo que obliga a adaptar las estrategias globales a las realidades locales. Desde PyMEs que irrumpen con fuerza en industrias tradicionales hasta corporaciones que buscan reconvertirse, el denominador común es la necesidad de innovar para mantenerse vigentes.
Realidad aumentada
Esta herramienta combina el mundo físico con elementos digitales, creando entornos híbridos que transforman la manera en que las personas interactúan con marcas, productos y servicios. Si bien aplicaciones como Pokémon Go marcaron un antes y un después al involucrar a millones de usuarios en experiencias inmersivas, el verdadero potencial de la RA apenas comienza a desplegarse.
Hoy, su uso se extiende mucho más allá del entretenimiento. En el sector retail, probarse ropa de manera virtual desde el celular o visualizar cómo quedará un mueble en el living antes de comprarlo ya es una práctica habitual. En el mercado inmobiliario, las visitas virtuales permiten recorrer propiedades sin trasladarse, lo que ahorra tiempo y acelera la toma de decisiones. Y en la educación, la RA enriquece los procesos de aprendizaje al superponer capas de información interactiva sobre objetos del mundo real, logrando experiencias memorables para estudiantes de distintas edades.
Es importante destacar su valor estratégico en términos de competitividad. José Fernando Díaz Melo, en E-business, explica que los ecosistemas digitales se construyen sobre la base de experiencias significativas. La RA cumple con este rol al permitir a las empresas diferenciarse a través de experiencias únicas y altamente interactivas.
Ejemplos recientes muestran cómo distintas industrias capitalizan esta tendencia:
- En turismo, algunos destinos ya integran RA en sus recorridos, permitiendo a los visitantes ver reconstrucciones históricas de sitios arqueológicos.
- En salud, los médicos utilizan visores de RA para planificar cirugías con mayor precisión o entrenar a estudiantes en procedimientos complejos.
- En el ámbito de la formación corporativa, la RA facilita capacitaciones prácticas sin necesidad de instalaciones físicas costosas.
En definitiva, la realidad aumentada no solo diversifica los puntos de contacto entre empresas y usuarios, sino que también redefine lo que significa “vivir” una experiencia digital. Giselle Ricur, en Plan de transformación digital, subraya que tecnologías disruptivas permiten desarrollar servicios personalizados y segmentados en función del tipo de usuario, abriendo un abanico casi infinito de posibilidades.
La atención al cliente inteligente se apoya en inteligencia artificial, Big Data y automatización para ofrecer experiencias que respondan en tiempo real a las expectativas del consumidor digital. No se trata solo de resolver problemas, sino de anticiparse a ellos y de crear relaciones duraderas.
La conclusión es clara: la RA dejó de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en una herramienta estratégica que combina innovación, personalización y valor agregado.
Inteligencia Artificial
La IA dejó de ser una promesa para convertirse en una herramienta esencial en la construcción de experiencias digitales. Su valor principal reside en la capacidad de transformar datos en conocimiento útil: analizar comportamientos, anticipar necesidades y diseñar interfaces adaptadas a cada persona.
En este sentido, la personalización alcanza un nuevo nivel. Un mismo servicio digital puede desplegarse de manera diferente según quién lo utilice. Pensemos en un portal de salud: para un médico, la IA prioriza la visualización de resultados clínicos; para un paciente, organiza recordatorios de medicación y rutinas de bienestar; para un gestor, presenta métricas de eficiencia del servicio. Cada experiencia es única y responde al contexto de quien interactúa.
Este enfoque coincide con lo planteado por Giselle Ricur en Plan de transformación digital, donde se subraya que las tecnologías SMAC (Social, Mobile, Analytics, Cloud) adquieren relevancia cuando se combinan para ofrecer soluciones personalizadas. La autora explica que la analítica y la inteligencia artificial permiten eliminar barreras geográficas, reducir costos y mejorar la actividad operativa de la empresa. En otras palabras, la IA no solo adapta la interfaz, también optimiza el modelo de negocio.
Elvia Zacher, en Transformación digital, advierte que ninguna innovación tecnológica tiene impacto real si no es percibida como valiosa por el cliente. Señala que “el foco ya no está en el producto ni en el precio más bajo, sino en la satisfacción del usuario”. En este marco, la IA se convierte en un recurso estratégico porque logra que cada interacción digital sea relevante, práctica y emocionalmente significativa.
Pero no alcanza con almacenar datos: el verdadero reto es dominar el mundo del Big Data para transformarlos en decisiones estratégicas, procesos optimizados y ventajas competitivas sostenibles. En este contexto, las organizaciones buscan profesionales capaces de liderar proyectos de analítica avanzada. Conoce información sobre la Maestría en Big Data & Business Analytics como oportunidad única en tu carrera.
Microinteracciones
Las microinteracciones son elementos sutiles —como animaciones, gestos táctiles o retroalimentaciones inmediatas— que convierten tareas cotidianas en experiencias memorables. Aunque muchas veces pasan inadvertidas, son decisivas para generar una sensación de fluidez y cercanía en la relación entre personas y tecnología.
Ejemplos sencillos ilustran su poder: deslizar en lugar de hacer clic para avanzar en una aplicación, recibir una vibración suave al completar un formulario o ver una animación celebratoria al alcanzar un objetivo. Estos gestos, que pueden parecer menores, influyen directamente en cómo se percibe la calidad de un producto digital.
En el futuro inmediato, las microinteracciones se consolidarán como un recurso clave para aportar emociones positivas y humanizar las interfaces. Pensemos en una aplicación de salud que felicita al usuario al alcanzar su meta diaria de pasos, en un sistema bancario que reconoce con un pequeño sonido el pago exitoso de una factura, o en una plataforma educativa que utiliza animaciones motivadoras para alentar al estudiante a continuar con su curso. En todos los casos, la tecnología se vuelve más cercana, más empática.
Giselle Ricur recuerda que el diseño de servicios personalizados se apoya en la combinación de tecnologías como la analítica y la nube. En este marco, las microinteracciones no son un adorno, sino un mecanismo que, al basarse en datos del usuario, puede adaptarse dinámicamente para hacer la experiencia más relevante.
A su vez, Díaz Melo sostiene que los ecosistemas digitales más sólidos son aquellos capaces de innovar a partir de detalles que anticipen las necesidades del consumidor. Las microinteracciones son un ejemplo claro de esta innovación silenciosa: permiten prever dudas, guiar al usuario y reforzar la confianza en la plataforma sin necesidad de explicaciones complejas.
¿Cómo la experiencia del cliente transformará los negocios digitales?
En el ecosistema digital actual, la experiencia del cliente (CX) dejó de ser un aspecto complementario para convertirse en el verdadero eje de competitividad. El valor de un producto ya no se mide únicamente por su calidad intrínseca, sino por el recorrido completo que atraviesa el consumidor en su interacción con la marca.
Personalización: el diferencial decisivo
El cliente de hoy espera que cada interacción refleje un entendimiento real de sus preferencias y necesidades. Desde recomendaciones en plataformas de streaming hasta ofertas específicas en un e-commerce, la personalización se ha transformado en un requisito.
Como subraya Elvia Zacher, “el cliente es el nuevo centro de la gestión empresarial, y ninguna tecnología resulta valiosa hasta que es percibida como útil por las personas”. Esta perspectiva se refleja en cómo la experiencia personalizada no solo mejora la satisfacción, sino que también impulsa la fidelización y la reiteración de compra.
Omnicanalidad: coherencia en cada punto de contacto
La estrategia omnicanal garantiza que el usuario encuentre continuidad en su relación con la marca, sin importar el canal que utilice. Una empresa que integra su tienda física con su aplicación móvil y sus redes sociales no solo simplifica procesos, también transmite coherencia y confianza.
Giselle Ricur explica que la combinación de tecnologías sociales, móviles, analíticas y de nube permite “reducir costes y mejorar la actividad operativa de la empresa”. La omnicanalidad se apoya en esta infraestructura, garantizando que la experiencia sea continua y escalable.
Del producto al vínculo emocional
El desafío ya no es únicamente vender más, sino construir relaciones duraderas con el cliente. Díaz Melo en E-business afirma que la innovación real ocurre cuando la organización es capaz de anticipar y satisfacer las expectativas del consumidor con propuestas disruptivas.
Esto implica que la experiencia del cliente debe entenderse como un vínculo emocional. Una aerolínea que acompaña al pasajero con notificaciones proactivas sobre su vuelo o una aplicación de fitness que motiva con mensajes personalizados no solo cumplen una función práctica: generan un lazo de confianza que diferencia a la marca frente a competidores.
Más allá de los ejemplos prácticos, lo fundamental es comprender que la CX es una estrategia transversal que afecta a todas las áreas de la organización. No se trata únicamente de optimizar la atención al cliente, sino de diseñar procesos internos alineados con la promesa de valor.
En un entorno de cambio acelerado, los profesionales necesitan reinventarse constantemente. La importancia de contar con habilidades digitales necesarias para destacar es cada vez más evidente: quienes no se actualizan pierden competitividad frente a colegas y empresas que sí lo hacen. La formación ejecutiva, en este sentido, se convierte en un factor decisivo para liderar proyectos de innovación y asegurar la relevancia en cualquier industria.
La gamificación: experiencias que motivan y fidelizan
La gamificación se ha convertido en una de las estrategias más efectivas para transformar interacciones cotidianas en experiencias memorables. Consiste en aplicar mecánicas propias de los videojuegos —recompensas, niveles, retos o rankings— en contextos no lúdicos, con el objetivo de aumentar la motivación y el compromiso de las personas.
Ejemplos como Duolingo o Nike Run Club muestran cómo la gamificación convierte actividades rutinarias en desafíos estimulantes. Aprender un idioma o mantener una rutina de entrenamiento deja de ser una obligación para transformarse en un proceso interactivo y atractivo.
En el ámbito educativo, las simulaciones gamificadas permiten a los estudiantes practicar situaciones del mundo real en entornos seguros y dinámicos. En el mundo corporativo, las plataformas de capacitación utilizan rankings y recompensas virtuales para aumentar la participación en programas de formación. Incluso en el sector salud, ya se emplean aplicaciones que motivan a pacientes crónicos a cumplir con sus tratamientos mediante logros y recordatorios interactivos.
Una mirada ética y sostenible
Si bien la gamificación ha demostrado su potencial, también ha recibido críticas por fomentar conductas adictivas o centrarse en recompensas superficiales. Por eso, las tendencias actuales apuntan a un enfoque ético, donde el objetivo no sea solo retener al usuario, sino ofrecer experiencias que aporten valor real.
Como explica Elvia Zacher, la clave está en comprender que la satisfacción del cliente no surge únicamente de la eficiencia o el entretenimiento, sino de “la capacidad de crear vínculos basados en confianza y en la percepción de calidad”. Una gamificación ética busca precisamente eso: generar experiencias que fortalezcan la relación con la marca sin caer en dinámicas de dependencia.
¿Cómo está cambiando la Internet de las Cosas (IoT) el futuro de los negocios?
El impacto del Internet de las Cosas ya no se percibe como una tendencia futurista, sino como un componente estructural en la transformación digital. Su aporte no se limita a “conectar dispositivos”: se trata de generar redes inteligentes capaces de aprender, anticipar y actuar en tiempo real. Este paso de lo reactivo a lo predictivo cambia la lógica empresarial: no se espera que una máquina falle, sino que los sensores informen con antelación el desgaste de una pieza; no se ajusta manualmente la iluminación de un edificio, sino que el sistema regula la energía según la cantidad de personas en una sala.
En este punto, Giselle Ricur señala que la verdadera ventaja surge cuando la conexión se combina con analítica y servicios en la nube. Para la autora, integrar datos en tiempo real permite crear soluciones adaptadas a cada usuario, eliminando barreras geográficas y mejorando la operatividad. Dicho de otro modo, la IoT no tiene valor por la mera acumulación de sensores, sino por la capacidad de transformar información dispersa en decisiones concretas.
Sectores donde la IoT ya marca diferencias
La expansión de la IoT es transversal y abarca sectores tan diversos como la agricultura, la salud, las ciudades o la logística.
- Agricultura: gracias a los sensores de humedad y drones de monitoreo, los agricultores ajustan el riego con precisión, reduciendo el consumo de agua y aumentando la productividad. El impacto no es menor: cada gota cuenta y cada decisión se optimiza en función de datos, no de intuiciones.
- Salud: los dispositivos portátiles recopilan información sobre frecuencia cardíaca, glucosa o actividad física, que luego se integra en plataformas médicas. Aquí entra en juego lo que advierte Elvia Zacher: la tecnología no basta si no se acompaña de un cambio cultural que priorice al paciente. Los wearables, por sí solos, no transforman la salud; lo hacen cuando profesionales y organizaciones logran integrarlos en un modelo de atención centrado en la persona.
- Ciudades inteligentes: sistemas de tránsito que ajustan semáforos según el flujo real, alumbrado que se activa solo cuando detecta movimiento, sensores que optimizan la recolección de residuos. Estos avances muestran cómo la IoT puede convertir a los espacios urbanos en entornos más sostenibles y seguros.
- Logística y transporte: la trazabilidad en tiempo real permite saber dónde está cada producto, en qué condiciones viaja y cuándo llegará. Aquí es donde Díaz Melo aporta un ángulo clave: los ecosistemas digitales no solo generan eficiencia, sino que crean sinergias entre empresas, proveedores y clientes. La IoT, en logística, no se trata solo de reducir tiempos de entrega, sino de fortalecer la confianza de toda la cadena de valor.
IoT como generadora de nuevos modelos de negocio
La IoT no solo mejora procesos existentes; también habilita nuevas propuestas de valor. Las empresas de electrodomésticos, por ejemplo, exploran modelos de suscripción en los que una cafetera avisa cuando necesita mantenimiento y gestiona automáticamente la compra de repuestos. En el sector automotriz, los vehículos conectados permiten a las aseguradoras diseñar pólizas dinámicas que se ajustan al estilo de conducción de cada persona.
Estos cambios refuerzan lo que Díaz Melo describe: innovar significa anticiparse a las expectativas del consumidor con modelos disruptivos. La IoT cumple ese rol al abrir mercados que antes no existían, como el mantenimiento predictivo como servicio o las suscripciones basadas en el uso real de un producto.
Retos y puntos críticos
Sin embargo, no todo es lineal. La IoT plantea desafíos importantes:
- Seguridad de datos: cada dispositivo conectado puede convertirse en un punto vulnerable. La protección de la información es un requisito básico, no un accesorio.
- Interoperabilidad: los estándares aún son insuficientes, lo que dificulta la integración de dispositivos de distintos fabricantes.
- Gestión de datos masivos: la cantidad de información generada exige infraestructuras de almacenamiento y analítica que muchas empresas todavía no poseen.
- Resistencia cultural: como recuerda Zacher, no alcanza con instalar tecnología; si la organización no cambia su cultura y sus procesos, la innovación queda en la superficie.
Sensores que reducen el consumo energético, sistemas que optimizan el transporte urbano o plataformas que gestionan mejor los residuos demuestran que la rentabilidad puede ir de la mano del cuidado ambiental. En palabras de Ricur, la clave está en aprovechar la huella digital que dejan las personas y los dispositivos para diseñar servicios responsables y a medida.
Zacher complementa esta visión recordando que la reputación de una marca hoy depende de la experiencia completa que ofrece al cliente. La IoT, al anticipar problemas y facilitar soluciones proactivas, no solo mejora la eficiencia: fortalece la confianza.
Desafíos que enfrentan las empresas al adoptar los negocios digitales a las tendencias
Aunque las oportunidades son grandes, incorporar tendencias digitales trae desafíos importantes:
- Adaptación tecnológica: No basta con tener tecnología avanzada; hay que saber implementarla. La formación del equipo y una visión a largo plazo son clave.
- Privacidad de datos: Con la personalización, proteger la información del usuario es esencial para mantener la confianza.
- Resistencia al cambio: Cambiar procesos y mentalidades puede ser difícil, pero involucrar a los equipos y mostrar beneficios ayuda a superarlo.
- Velocidad del cambio: Mantenerse al día con los avances tecnológicos requiere flexibilidad y disposición para adaptarse rápidamente.
Para hacerle frente a estos desafíos, estudiar Negocios Digitales, en donde se despliegan herramientas prácticas y estrategias actualizadas para liderar y destacar en este mercado, funcionan como aceleradores clave.
La formación de profesionales que lideren proyectos de innovación y aprovechen las herramientas digitales para crear nuevas oportunidades de negocio es una responsabilidad de cara a la próxima década.
Resumen de preguntas frecuentes
Desde el impacto de la inteligencia artificial en la personalización hasta los beneficios de la omnicanalidad o la ética en la gamificación, las siguientes respuestas ofrecen una guía práctica para comprender mejor los retos y oportunidades que marcan el futuro de los negocios digitales.
¿Cuáles son las tendencias emergentes en negocios digitales en América Latina?
Se espera que la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (ML) desempeñen roles cruciales en el marketing digital, permitiendo experiencias más personalizadas para los consumidores. Además, tecnologías como la realidad aumentada (AR) y la realidad virtual (VR) están ganando terreno en sectores como el retail, mejorando la interacción con los clientes. La búsqueda por voz también se está consolidando, impulsada por el uso creciente de asistentes virtuales como Google Home y Amazon Alexa.
¿Cómo está influyendo la inteligencia artificial en los negocios digitales en América Latina?
La IA está transformando los negocios digitales en la región al automatizar procesos y ofrecer soluciones personalizadas. Por ejemplo, empresas están implementando chatbots para atención al cliente y utilizando herramientas de IA para analizar datos de ventas y predecir comportamientos de los consumidores, lo que mejora la eficiencia operativa y la toma de decisiones.
¿Qué importancia tiene la sostenibilidad en los negocios digitales de América Latina?
La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para las empresas en América Latina. Ya en 2025, el 40% de las principales 5000 empresas de la región contarán con equipos dedicados a la sostenibilidad, impulsadas por regulaciones más estrictas y una mayor conciencia de los consumidores. Este enfoque no solo responde a demandas sociales, sino que también ofrece ventajas competitivas en el mercado.
¿Cómo pueden las empresas latinoamericanas prepararse para las tendencias digitales?
Las empresas pueden prepararse adoptando tecnologías emergentes como la IA y el ML, invirtiendo en soluciones de AR y VR para mejorar la experiencia del cliente, y optimizando sus plataformas para búsquedas por voz. Además, es esencial desarrollar estrategias de sostenibilidad y mantenerse actualizadas sobre las tendencias del mercado para adaptarse rápidamente a los cambios.
¿Qué oportunidades ofrecen los negocios digitales en América Latina?
América Latina presenta numerosas oportunidades en el ámbito digital, especialmente en áreas como fintech, comercio electrónico y soluciones basadas en IA. La creciente penetración de internet y la adopción de tecnologías digitales en la región facilitan la expansión de negocios digitales, ofreciendo acceso a nuevos mercados y segmentos de consumidores.