Negociación con proveedores, análisis financiero y TCO

Toda organización, tarde o temprano, se enfrenta a un momento clave: sentarse a negociar. Ya sea con proveedores estratégicos, socios logísticos o actores clave de la cadena de valor, el arte de negociar va mucho más allá de obtener un “buen precio”. Hoy, las empresas más competitivas entienden que cada acuerdo debe ser una decisión estratégica, respaldada por datos, TCO, visión financiera y un enfoque colaborativo que potencie relaciones duraderas.

Este artículo combina lo mejor de dos mundos: la experiencia en negociación estratégica y el análisis financiero aplicado, integrando herramientas prácticas que todo profesional debería dominar.

Tabla de contenidos

¿Qué es la negociación colaborativa y para qué sirve?

La negociación colaborativa, también conocida como negociación integrativa, es un enfoque que busca generar valor para ambas partes involucradas en un acuerdo, en lugar de centrarse exclusivamente en “ganar” a expensas del otro. A diferencia de la negociación distributiva —que parte de una lógica de suma cero donde lo que uno gana el otro lo pierde—, la negociación colaborativa parte de una premisa distinta: si se identifican intereses comunes, se pueden construir soluciones donde todos ganen.

Este tipo de negociación es especialmente útil en contextos donde la relación con la contraparte es de largo plazo, como sucede con proveedores estratégicos, socios comerciales, canales de distribución o incluso clientes corporativos. El objetivo no es simplemente cerrar un trato favorable, sino establecer relaciones sustentables y duraderas que mejoren la eficiencia de la cadena de suministro, reduzcan riesgos y abran oportunidades para la innovación conjunta.

Como explican Luis Elaskar y Daniel Repetto en Negociación: una herramienta clave para líderes y equipos de alto desempeño, publicado por ADEN Business School recientemente, adoptar un enfoque colaborativo permite cambiar el foco del precio hacia el valor total: tiempos de entrega más fiables, calidad consistente, mejoras tecnológicas, condiciones de pago flexibles, servicios posventa o incluso compromisos de abastecimiento ante contextos de crisis.

Por eso, cada vez más empresas están optando por una formación in company en gestión comercial. Este enfoque requiere habilidades blandas clave como la escucha activa, la empatía, la comunicación abierta y la capacidad de construir confianza. Pero, además, necesita el respaldo de datos duros: análisis de costos, métricas de desempeño, estudios de mercado y herramientas como el Costo Total de Propiedad (TCO) para sustentar decisiones que no solo suenen bien, sino que sean financieramente sostenibles.

En palabras de Liliana Gnazzo, autora de Gestión estratégica de compras y abastecimiento, la negociación colaborativa no implica ser condescendiente, sino ser inteligente. No se trata de ceder, sino de comprender el mapa completo de intereses y construir propuestas superadoras.

Principios fundamentales de la negociación colaborativa

Negociar es un proceso de construcción de acuerdos que permiten resolver diferencias y gestionar intereses. No se trata de imponer, sino de influir estratégicamente. Así lo explica Luis Elaskar en Negociación: una herramienta clave para líderes y equipos de alto desempeño.

En contraposición a la lógica “posicional” que alimenta conflictos, desgasta relaciones y muchas veces impide alcanzar acuerdos sostenibles, la negociación colaborativa tiene sus raíces en la negociación por principios, desarrollada por Roger Fisher, William Ury y Bruce Patton en su influyente libro Getting to Yes. Elaskar, Faculty Internacional ADEN, en su obra ya citada, recupera y adapta estos conceptos al contexto latinoamericano, combinándolos con herramientas de liderazgo, coaching y gestión del conflicto.

La negociación colaborativa no es simplemente “ser amable”. Requiere método, preparación y estrategia. Estos son sus pilares clave:

  • Separar a las personas del problema: Evitar que los desacuerdos se personalicen. El conflicto está en los temas, no en los individuos.
  • Enfocarse en intereses, no en posiciones: Detrás de cada demanda suele haber una necesidad más profunda. Detectarla es clave para ampliar las opciones.
  • Generar opciones de beneficio mutuo: Buscar soluciones creativas donde ambas partes ganen, aunque sea en dimensiones distintas.
  • Basarse en criterios objetivos: Tomar decisiones sustentadas en datos, estándares del mercado o principios de equidad, y no solo en el poder de negociación.

Un acercamiento a las técnicas de negociación colaborativa

La negociación colaborativa no solo es un marco teórico, sino un proceso que se sustenta en herramientas prácticas para entender profundamente las motivaciones de las partes y construir acuerdos que generen valor compartido. Para ello, existen técnicas clave que permiten profesionalizar la negociación, optimizar los resultados y tomar decisiones racionales y sostenibles.

Mapa de intereses: entender qué motiva a la contraparte

Una negociación exitosa comienza por identificar cuáles son los verdaderos intereses que impulsan a la otra parte. Más allá de las posiciones expresadas, el mapa de intereses permite descubrir qué necesita o desea realmente el otro negociador: puede ser liquidez inmediata, estabilidad a largo plazo, acceso a redes comerciales, mejorar su imagen o reducir riesgos, entre otros.

Este conocimiento es vital para diseñar propuestas que no solo satisfagan las propias metas, sino que respondan a las necesidades del otro lado. De este modo, se generan opciones de beneficio mutuo y se amplía la “torta” a repartir, evitando confrontaciones y facilitando acuerdos duraderos.

Matriz de Harvard: ordenar la negociación en componentes estratégicos

La matriz o modelo de Harvard es una herramienta que organiza la negociación en torno a cuatro elementos fundamentales: personas, intereses, opciones y criterios.

  • Personas: Reconoce que la negociación es una interacción humana donde las emociones, percepciones y relaciones importan tanto como los datos duros. Separar a las personas del problema es clave para mantener un clima positivo.
  • Intereses: Implica identificar las verdaderas motivaciones y necesidades detrás de las posiciones expresadas.
  • Opciones: Consiste en generar múltiples alternativas creativas para alcanzar acuerdos que beneficien a ambas partes.
  • Criterios: Define que los acuerdos deben basarse en estándares objetivos, como leyes, precedentes, o prácticas habituales, para asegurar legitimidad y equidad.

Este esquema guía el proceso de forma estructurada, facilitando la comprensión y el manejo de las variables más complejas de la negociación.

ZOPA y BATNA: identificar el terreno seguro para negociar

Dos conceptos fundamentales para evitar negociaciones infructuosas o forzadas son la Zona de Posible Acuerdo (ZOPA) y la Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado (BATNA).

  • ZOPA es el rango dentro del cual ambas partes pueden encontrar puntos en común que satisfagan sus intereses. Conocer la ZOPA ayuda a enfocar la negociación en propuestas viables y evita pérdidas de tiempo en ofertas irreales.
  • BATNA representa la mejor alternativa que tiene una parte si la negociación no llega a buen puerto. Este concepto permite negociar con mayor seguridad y realismo, ya que saber cuál es la alternativa propia fortalece la posición y evita aceptar acuerdos desfavorables por presión o desconocimiento.

Estas herramientas son esenciales para negociar con información clara, realista y sin riesgos innecesarios.

¿Para qué nos sirve el análisis del Costo Total de Propiedad (TCO)?

En el vértigo de las decisiones comerciales —especialmente en contextos donde los márgenes son ajustados— es tentador elegir opciones de menor precio. Pero ¿cuánto cuesta realmente una compra a lo largo del tiempo? ¿Qué pasa después de adquirir un producto o contratar un servicio? ¿Y si lo barato termina saliendo caro?

El análisis del Costo Total de Propiedad (TCO, por sus siglas en inglés) nos ofrece una respuesta estratégica a esas preguntas. Este enfoque invita a mirar más allá del precio inicial, integrando todos los costos asociados al ciclo de vida de una inversión. Como sostiene Liliana Gnazzo, docente especialista en compras estratégicas de ADEN, “no siempre lo más barato es lo que más conviene. En entornos empresariales complejos, mirar solo el precio puede ser una trampa costosa”.

Este principio no se aplica únicamente a bienes físicos como maquinaria, vehículos o tecnología, sino también a servicios, soluciones logísticas, software o incluso alianzas estratégicas. El TCO, bien aplicado, se convierte en una herramienta clave para tomar decisiones basadas en valor, no solo en precio.

¿Qué incluye el análisis TCO?

El valor del TCO radica en su mirada integral. Algunos de los elementos que incluye son:

  • Costo de adquisición: Precio de compra, transporte, seguros, instalación, impuestos.
  • Costo de operación: Energía, insumos, personal capacitado, licencias.
  • Costo de mantenimiento: Repuestos, mano de obra, actualizaciones, soporte técnico.
  • Costo por fallas o inactividad: Paradas imprevistas, pérdida de productividad, penalizaciones contractuales.
  • Costo de disposición final: Desinstalación, reciclaje, disposición responsable, cumplimiento normativo.

Cada una de estas dimensiones puede tener un peso considerable según el tipo de inversión y el contexto de uso. Ignorarlas conduce a decisiones fragmentadas y muchas veces costosas.

Del gasto al valor: un cambio de mentalidad

Adoptar el enfoque TCO implica un cambio profundo en la cultura empresarial: dejar de pensar solo en términos de “gasto” y empezar a razonar en términos de “valor”. Este giro no solo mejora los indicadores financieros, sino que también fortalece la planificación estratégica y la calidad de las negociaciones.

Luis Elaskar lo resume con claridad al afirmar que las organizaciones más competitivas no negocian solo por precio, sino por eficiencia global, impacto y sostenibilidad. Esta visión cobra relevancia cuando se trata de construir relaciones duraderas con proveedores, evaluar riesgos o justificar inversiones ante la alta dirección.

Imaginemos una cadena de restaurantes que debe renovar sus hornos industriales. La opción A cuesta un 30% menos que la opción B. Sin embargo, la opción B incluye mayor eficiencia energética, menores tiempos de cocción, garantía extendida, y servicio técnico bonificado por tres años.

El análisis del TCO revela que, pese a su mayor precio inicial, la opción B reduce significativamente los costos operativos y mejora la productividad. En solo dos años, la diferencia de inversión inicial se compensa con creces. A escala, este tipo de decisiones puede tener un impacto notable en la rentabilidad general del negocio.

Aplicaciones prácticas del análisis del costo total de propiedad (TCO)

El TCO no es un concepto abstracto ni exclusivo de grandes corporaciones; su valor se percibe claramente cuando se aplica en escenarios cotidianos de distintos sectores productivos y comerciales. A continuación, se describen algunos ejemplos que ilustran cómo esta herramienta ayuda a tomar decisiones más inteligentes y estratégicas en empresas de diversas industrias.

Tecnología: más allá del precio del equipo

En el ámbito tecnológico, la adquisición de hardware o software suele centrarse en el costo inicial, pero el TCO obliga a considerar aspectos como:

  • Soporte y mantenimiento: Muchas soluciones tecnológicas requieren soporte técnico permanente. Un software barato puede generar altos costos en soporte o actualizaciones constantes.
  • Actualizaciones y obsolescencia: El ritmo acelerado de la innovación tecnológica hace que algunos equipos o programas queden rápidamente obsoletos, con el riesgo de pérdida de competitividad.
  • Compatibilidad: La integración con sistemas existentes puede demandar recursos adicionales, que impactan en costos y tiempos.

Por ejemplo, una empresa que compra servidores para su data center debe analizar no solo el costo de adquisición, sino también el consumo eléctrico, el espacio físico que ocupan, el costo de refrigeración, y los gastos de mantenimiento preventivo y correctivo durante la vida útil del equipo.

Logística: optimizar la flota y la operación

En la gestión logística, el TCO es fundamental para evaluar la adquisición o renovación de vehículos, equipos de carga, o sistemas de rastreo y control. No se trata únicamente del precio del camión o la maquinaria, sino también de:

  • Costos de mantenimiento y reparaciones: Los vehículos más baratos pueden tener costos recurrentes por fallas o repuestos.
  • Seguros y garantías: La cobertura y el costo del seguro impactan directamente en el presupuesto operativo.
  • Eficiencia en consumo de combustible: A mayor eficiencia, menor gasto en operaciones diarias.
  • Optimización de rutas: Sistemas de gestión que permitan reducir kilómetros recorridos o tiempos de espera también se valoran en el TCO.

Manufactura: cuidando la inversión en activos productivos

En la industria manufacturera, la compra de maquinaria y equipos representa una inversión significativa que impacta en la capacidad productiva y competitividad. El análisis TCO incluye:

  • Vida útil del activo: Equipos con mayor durabilidad pueden justificar una inversión inicial mayor.
  • Costos de capacitación: La formación de operarios en nuevas tecnologías o maquinaria es un gasto a considerar.
  • Impacto en tiempos de parada: Equipos con menor tasa de fallas reducen costos asociados a paradas no planificadas.
  • Repuestos y mantenimiento preventivo: La disponibilidad y costo de repuestos influyen en la continuidad operativa.

Retail y oficinas: cuidar el entorno y la eficiencia

Aunque pueda parecer menos relevante, en sectores como retail y oficinas el TCO también aporta valor al considerar compras como mobiliario, sistemas de climatización, iluminación o equipos electrónicos. En este contexto se analizan:

  • Consumo energético: Equipos con eficiencia energética reducen costos operativos diarios.
  • Vida útil y durabilidad: Mobiliario y equipamiento que resista el uso frecuente prolonga la inversión.
  • Costos de reposición y mantenimiento: Materiales fáciles de limpiar o reparar pueden optimizar recursos.
  • Impacto en la experiencia del cliente o empleado: Un entorno confortable y funcional puede mejorar la productividad y satisfacción.

Herramientas prácticas para el cálculo del TCO

Sabemos que los costos pueden estar dispersos, ocultos o ser difíciles de cuantificar a simple vista. Por eso, las planillas de cálculo diseñadas específicamente para el TCO funcionan como un mapa financiero que permite visualizar el panorama completo.

Estas plantillas reúnen de forma ordenada todos los gastos asociados, permitiendo:

  • Detectar costos que habitualmente pasan desapercibidos.
  • Comparar ofertas y proveedores en igualdad de condiciones.
  • Tomar decisiones fundamentadas en análisis objetivos y detallados.

Elementos clave en la planilla de cálculo del TCO

Una planilla eficaz para el cálculo del TCO debe contemplar al menos cinco elementos esenciales:

  1. Precio de compra: El monto inicial pagado por el activo o servicio. Es el punto de partida, pero no el único costo relevante.
  2. Costos de instalación y formación: Incluye gastos relacionados con la puesta en marcha, montaje, adaptación y capacitación del personal para el uso correcto del producto o servicio. Por ejemplo, una maquinaria compleja requerirá instructores, manuales y tiempo de los operarios para dominarla.
  3. Costos operativos: Comprenden el consumo de energía, insumos, mano de obra y otros gastos necesarios para el funcionamiento diario. En el caso de un equipo industrial, puede ser la electricidad y materiales; en un software, las licencias y soporte técnico.
  4. Mantenimiento y repuestos: El cuidado preventivo y correctivo, junto con la reposición de piezas o actualizaciones, representan gastos recurrentes que afectan la rentabilidad a largo plazo.
  5. Costos de disposición o valor residual: Al final de la vida útil, puede haber costos asociados al retiro, reciclaje o venta del activo. También el valor residual (lo que se puede recuperar) debe registrarse para equilibrar la inversión.

Lo interesante es que estas planillas pueden compartirse entre equipos, promoviendo que áreas como finanzas, operaciones y compras trabajen de manera alineada. Así, la toma de decisiones se vuelve más transparente y menos dependiente de opiniones subjetivas o presiones comerciales.

Entonces, las habilidades de negociación pueden potenciarse aún más cuando forman parte de una cultura organizacional alineada. En este artículo de ADEN ¿Cómo mejorar el desempeño de un equipo de ventas?, se abordan justamente los pilares que permiten construir esa sinergia comercial desde la estrategia.

Metodología práctica en 8 pasos para negociaciones efectivas

Basándose en las enseñanzas de expertos como Luis Elaskar, Arthur Karras y Michael Wheeler, esta metodología práctica en ocho pasos ofrece una guía clara para alcanzar acuerdos sólidos, estratégicos y sostenibles.

1. Preparación y análisis del TCO

El primer paso esencial es la preparación, donde el análisis del Costo Total de Propiedad (TCO) se vuelve la brújula financiera del negociador. No se trata solo de conocer el precio inicial, sino de evaluar todos los costos asociados a la adquisición, uso y disposición del bien o servicio. Tal como lo destaca el manual de ADEN, integrar el TCO permite anticipar gastos ocultos y evitar sorpresas, garantizando una base sólida para la negociación.

2. Establecimiento de objetivos y límites

Antes de sentarse a la mesa, es fundamental definir claramente los objetivos que se quieren alcanzar y los límites que no se pueden superar. Luis Elaskar señala que esta etapa de pre-negociación ayuda a evitar negociaciones a ciegas y a mantener el foco en lo que realmente importa, equilibrando aspiraciones con realidades. Estos límites marcan el terreno para saber cuándo avanzar y cuándo retroceder.

3. Identificación de variables críticas (rojas, amarillas, verdes)

No todos los puntos de negociación tienen el mismo peso. Según Elaskar, clasificar las variables en “rojas” (no negociables), “amarillas” (con cierto margen) y “verdes” (flexibles) permite diseñar una estrategia que priorice esfuerzos y concesiones inteligentes. Por ejemplo, en una startup que busca proveedores, el plazo de pago podría ser una variable roja, mientras que el volumen de pedido podría ser verde, susceptible de negociación.

4. Generación de alternativas (escenario integrativo)

Este paso invita a adoptar una mentalidad colaborativa para “hacer crecer la torta”. En vez de pelear solo por dividir recursos, se buscan soluciones creativas que beneficien a ambas partes. Aquí se exploran alternativas adicionales y combinaciones de beneficios, tal como recomiendan Karras y Wheeler en sus estudios sobre negociación integrativa, fomentando un ambiente “win-win”.

5. Evaluación de BATNA/MAAN (mejor alternativa a un acuerdo negociado)

Michael Wheeler enfatiza que conocer la BATNA o MAAN es clave para tomar decisiones informadas. Identificar cuál es la mejor opción fuera del acuerdo da poder de negociación y evita aceptar condiciones desfavorables. Este análisis también ayuda a medir riesgos y preparar respuestas ante escenarios adversos.

6. Conducción de la mesa de negociación: reglas, agendas y cierre

Una negociación ordenada se basa en reglas claras y agendas definidas. El proceso formal de la mesa debe incluir la definición de puntos a tratar, tiempos para cada tema y mecanismos para resolver desacuerdos. La habilidad para conducir esta etapa con flexibilidad y firmeza marca la diferencia entre un acuerdo efímero y uno sostenible.

7. Formalización contractual clara y completa

Después de llegar a acuerdos, es vital plasmarlos en un contrato que no deje dudas. La formalización incluye cláusulas preliminares, específicas y convencionales, que regulen derechos, obligaciones y posibles contingencias. Según los manuales de ADEN, una buena escritura contractual previene conflictos futuros y protege la relación comercial.

8. Seguimiento y evaluación de ejecución

Finalmente, la negociación no termina con la firma. El seguimiento y la evaluación de la ejecución aseguran que los compromisos se cumplan y que se puedan ajustar aspectos sobre la marcha. Esta etapa fortalece la confianza mutua y abre puertas para futuras colaboraciones, transformando la negociación en una relación de largo plazo.

¿Quieres saber qué dicen los expertos sobre cómo se construye una experiencia memorable en cada interacción? Sobre esto profundiza el artículo Gestión de la experiencia del cliente en diferentes etapas, que invita a repensar cada punto de contacto como una oportunidad de generar valor duradero.

Del balance a la mesa de negociación: usando el análisis financiero para maximizar el TCO

El manual de ADEN Análisis financiero estratégico en entornos volátiles propone un marco integral que conecta TCO con indicadores financieros clave, potenciando así la capacidad de tomar decisiones fundamentadas y alineadas con los objetivos financieros y estratégicos de la empresa.

Todo análisis financiero parte de la información que brindan los estados contables fundamentales: el balance general y el estado de resultados. El primero refleja la composición del activo, pasivo y patrimonio neto, mientras que el segundo detalla los ingresos, costos y utilidades en un período determinado. Esta información es vital para comprender la situación financiera actual y proyectar cómo afectará la adquisición o inversión en la operación diaria y la rentabilidad futura.

El análisis vertical permite evaluar la composición relativa de cada partida dentro de los estados financieros en un momento específico, por ejemplo, qué porcentaje del activo total representa el costo de mantenimiento. Por otro lado, el análisis horizontal examina la evolución de estas partidas a lo largo del tiempo, ayudando a detectar tendencias, incrementos inesperados o disminuciones que pueden influir en la negociación.

Eso no es todo. Los ratios financieros aportan indicadores concretos para evaluar aspectos críticos como la liquidez, endeudamiento, rentabilidad y eficiencia operativa.

El Retorno sobre Activos (ROA) y el Retorno sobre Patrimonio Neto (ROE) son indicadores que miden la eficiencia y rentabilidad del uso de los recursos. El análisis DuPont, por su parte, desglosa el ROE en margen neto, rotación de activos y apalancamiento financiero, permitiendo identificar con precisión qué factores impactan la rentabilidad.

Este nivel de análisis resulta especialmente útil para evaluar alternativas de compra cuando se combinan con el cálculo del TCO. Por ejemplo, si una opción tiene un costo inicial más alto pero ofrece mayor eficiencia operativa y menor costo de mantenimiento, el análisis DuPont puede mostrar cómo esa elección incrementará el ROE a mediano plazo, justificando una negociación orientada a condiciones de pago más flexibles o inversión adicional.

Finalmente, la estructura de financiamiento define cómo se obtiene el dinero para la inversión: capital propio, deuda bancaria u otras fuentes. El Weighted Average Cost of Capital (WACC) o costo promedio ponderado de capital, representa el costo financiero real de los recursos invertidos.

Esto aporta una perspectiva estratégica para negociar plazos, tasas y condiciones financieras que impactan directamente en la rentabilidad y viabilidad del proyecto.

Resumen de preguntas frecuentes

Al finalizar un análisis tan profundo sobre la negociación colaborativa, el análisis financiero y TCO, es común que surjan dudas específicas que ayuden a clarificar conceptos y aplicarlos de manera efectiva en el día a día empresarial.

  1. ¿Cuál es la diferencia entre negociación distributiva y colaborativa?

    La negociación distributiva se basa en un enfoque de suma cero, en el que las ganancias de una parte implican pérdidas para la otra. En cambio, la negociación colaborativa o integrativa, como describen Lax y Sebenius, busca expandir el valor para que ambas partes se beneficien, fomentando la cooperación y relaciones sostenibles a largo plazo.

  2. ¿Qué habilidades debe tener un buen negociador?

    Un buen negociador combina capacidades como planificación estratégica, comunicación efectiva, manejo emocional y conocimiento del producto. Además, la habilidad para analizar información confiable y ejercer influencia con ética son pilares fundamentales para alcanzar acuerdos exitosos, tal como señalan expertos en la Escuela de Negocios ADEN.

  3. ¿Cuáles son los errores comunes al analizar el TCO?

    Entre los errores más frecuentes está no considerar costos ocultos como mantenimiento o disposición final, subestimar la vida útil del activo o ignorar el valor residual. También puede pasar desapercibido el impacto de factores externos como la inflación o cambios regulatorios, lo que distorsiona el análisis y puede llevar a decisiones erróneas.

  4. ¿Se puede aplicar la metodología en negociaciones internacionales?

    Sí, aunque requiere adaptar los enfoques para tener en cuenta diferencias culturales, legales y económicas. La comunicación abierta y la sensibilidad hacia las particularidades del contexto son esenciales para aplicar con éxito técnicas colaborativas y análisis financieros en mercados globales.

  5. ¿Cómo adaptar el modelo Harvard en culturas latinoamericanas?

    En Latinoamérica, donde la confianza y las relaciones personales tienen un rol preponderante, adaptar el modelo Harvard implica fortalecer la comunicación y los vínculos, respetando jerarquías y particularidades culturales. Esta aproximación facilita que los principios de negociación basados en intereses y legitimidad sean mejor aceptados y efectivos.

  6. ¿Qué indicadores financieros son claves para evaluar un proveedor?

    Es fundamental evaluar indicadores como la liquidez, el nivel de endeudamiento, la rentabilidad y la capacidad de generación de flujo de fondos. Estas métricas permiten medir la estabilidad y solidez financiera del proveedor, asegurando que pueda cumplir con compromisos comerciales.

  7. ¿Cómo integrar el análisis Dupont en decisiones de compra?

    El análisis Dupont permite descomponer la rentabilidad en margen neto, rotación de activos y apalancamiento financiero, facilitando identificar qué aspectos impactan el desempeño. Utilizar esta herramienta en la evaluación de proveedores o inversiones ayuda a tomar decisiones más estratégicas y fundamentadas.

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Faculty: Luis Elaskar
Luis Elaskar

Especialista en Ventas y Negociación

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Liliana Gnazzo

Experta en Comercio Internacional